."Lugares vacios".

1 comentarios miércoles, 29 de febrero de 2012
Cárcel, oficina, Iglesia, colectivo. Plaza, panadería, club, locutorio. Bar, museo, casa. Taxi, calle, subte, veredas, árboles. Reunión de consorcio, Facultad, colegio. La fila para sacar turno, los Bancos. El aniversario de papá y la fiesta del abuelo. La casa de lotería, la lavandería, el pequeño kiosco. La heladería, el local de ropa, el supermercado. El ascensor y la puerta de entrada. El departamento, el comedor, la cocina, mi habitación. Cansado de tantos lugares en donde no estás en el dia, me acuesto. Y te busco, de noche, en mis sueños.
read more “."Lugares vacios".”

."Rendición".

1 comentarios
Te miro reflejada en mi espejo. Estás detrás y a un costado, como evaluándome. A veces me voy de una habitación cerrando la puerta y me aparecés de frente, como quien corre antes que cierre. Otras veces tomé un colectivo sin saber para donde iba, así te despistaba. Me bajaba en cualquier lado y te veía pateando piedritas: me estabas esperando. En el trabajo evito mirar las ventanas, siento que me seguís cuando me voy de un lado a otro. De noche cansado de lo que me pasa, me lavo la cara y vos sos la que me alcanza la toalla. Subida a una silla una vez te vi, cuando de noche entré a la cocina y abrí la heladera. Me asusté tanto que el frasco de mayonesa se cayó y se rompió en mil pedazos. Por eso ya estabas arriba de la silla. No hay manera. El que sepa alguna fórmula para dejar de desear a alguien, que me lo diga. Quiero dejarla. Y no quiero dejar que me deje. Me rindo.
read more “."Rendición".”

"Reflejo de luna" -Cuento corto-

1 comentarios
El micro pegaba saltos porque la ruta no estaba muy bien que digamos. Con los ojos entrecerrados y mirando por la ventana veía los charcos de agua en el campo. La luna se reflejaba contra el agua en la noche clara y me generaba curiosidad. Me senté mejor y comencé a mirar el campo. De cerca no se ve nada de noche y de lejos alguna luz, como un punto perdido. Sin embargo sentía que ese lugar estaba ocupado, que con el micro de alguna manera interrumpía esa tranquilidad de algo o alguien durmiendo. Me acordé que de chico yendo en micro, creí ver en las estrellas la figura de un caballo perfectamente hecho. Y le decía a mi mamá que veía un caballo formado por estrellas pero ella no lo veía, me puse a llorar. Recuerdo con angustia no haber sido entendido. Volví de aquello al presente y me fijé en la luna. Estaba rodeada de nubes pero brillando muy fuerte. Saber que aunque sea de noche miro el horizonte al ras y sin nada que lo desdibuje, es ya una manera de descansar. En mi barrio el horizonte es la propiedad horizontal del vecino. En el campo uno se siente muy poco cuando se pierde de vista el límite de todo. Aparecen un poco de luces. Me gustan las estaciones de micros de las ciudades chicas. Son hermosamente presumidas, quizás lo más importante que ese lugar tenga. De noche relucen con todo prendido, y uno se encandila cuando aun no se ha podido dormir. Las rotondas iluminadas, los camiones a los costados y a los pocos metros otra vez la oscuridad de la ruta. Y el placer de la luna reflejada en el agua, que es para mi descansar antes de ponerse a descansar. Algo así como llegar cuando en realidad uno recién está yendo. Y cerrar los ojos bajo la luna.
read more “"Reflejo de luna" -Cuento corto-”

."Descripción".

1 comentarios
Soy el que está en la fila de cajas de 15 productos, y tiene 16. Soy al que elegían último para cualquier tipo de actividad, de niño. Soy aquel que no sacó jamás la sortija en la calesita. Soy el que siempre quiere comprar lo que el local ya no tiene, hasta hace 10 minutos. Soy el que le erra a los días de descuento en el cine y termino discutiendo con la empleada sin saber ni qué dia es. Soy el que tiene paciencia y por eso hice muchas cosas en silencio y sin ganas por mi y por otros. Soy la posibilidad versus la realidad. Soy el afectuoso en cuentagotas y el distante a mares. Soy el que da ciegamente y luego me quejo, tarde, de no ver a quién. Soy retratista del pasado cuando todo es presente. Soy todos los días los que ya no tengo conmigo. Soy el que espera lo que no llega. Ni busca. Soy yo, esperando por vos.
read more “."Descripción".”

."La cobardía".

1 comentarios
Sabés que no voy a decirte nada. La cobardía forma parte del cuero que los hombres tenemos, donde todo rebota para no doler. Supongo que notás lo desarmado que estoy cuando te veo, el alma que está suelta sólo si sabe que estás cerca. Y la ilusión con forma de diálogo diario que solemos tener. A lo único que me animo es a que me preguntes algo, soy en tu duda el hombre más feliz. Pero si vos tampoco me decís nada entenderé que mi ilusión, la que nunca se hizo palabra, se pondrá triste. Eso sí: dejá que mi alma juegue al lado tuyo, como el chico que fui, sin pensar en nada más. Soy un cobarde con amor.
read more “."La cobardía".”

"Dios, avisando" -Cuento corto-

1 comentarios
Gómez espera el colectivo al lado del cordón. Cuando viene se adelanta y gana unas tres posiciones, se sube de prepo y la gente de la fila le dice cosas irreproducibles. Llega a la oficina y el de seguridad lo saluda con un “buenos días”. Pero Gómez sigue de largo sin girar la cabeza. En realidad lo escuchó pero no quiere detenerse, piensa que no tiene nada en común con el hombre de seguridad y por eso no lo saluda. Ya en el segundo piso ordenó a sus empleados un cambio de lugar. A Giménez y a Ricciardo los puso del lado de los ventanales. A las diez de la mañana ya el sol empieza a entrar y el calor es insoportable, ese sector siempre está vacío. Pero ordena que ahí ambos se ubiquen con sus mesas y sillas. Los dos tuvieron la genial idea de plantearle a Gómez hace un mes un aumento en nombre de todos, y en nombre de todos eran castigados así. Cerró la puerta de su oficina y la mañana entera la usó para chatear y mirar Facebook. Cuando lo llamaban por teléfono levantaba el tubo y cortaba. Lo llamaron muchas veces seguidas y fastidioso directamente descolgó. Al mediodía salió, cruzó hasta Suipacha a comer en un localcito. Caminaba por la calle peatonal y escuchó un “Gómez”, su apellido dicho por alguien. “¡Gómez!”. Levantó la vista y creyó que venía de algún edificio. Cuando bajó la cabeza la moto que doblaba desde Viamonte se lo llevó puesto y quedó tendido en la calle. En el hospital, ya trasladado, no podía moverse ni hablar. A la noche cerró los ojos y charló con alguien sobre lo mal que venía haciendo las cosas, que estaba arrepentido de tratar a todos como a él lo habían tratado siempre cuando joven. “Hasta yo me cansé de vos”, le dijo Dios. Gómez le preguntó por qué decía eso. “Porque te estuve llamando a la oficina toda la mañana para advertirte, y me cortabas. Ahora descansá, antes que se me ocurra otra cosa”. Le puso la mano en la frente y lo dejó dormir. Y desde hace tres meses Gómez deja pasar a todos en la fila antes de subirse al colectivo, saluda al de seguridad y descubrió que ambos son de Boca, y trata mejor a sus empleados. Come al mediodía en el mismo lugar. Y si suena el teléfono en su oficina creerá siempre que es Dios, avisando.
read more “"Dios, avisando" -Cuento corto-”

."Me avivé, amor".

1 comentarios
Yo te amo. No es novedad para nadie y todos se dan cuenta. El que ama no escucha, siente. Y el portero, y mi vecino, y el verdulero, y el colectivero, y mis amigos, mi familia, y la sinrazón de gente que dice conocerme cuando yo no los conozco a ellos. Y los anónimos, y los que contemplan en silencio, los que sólo leen mi vida y los que sólo me oyen. Y los histéricos, y la histeria general. Mis dolores, viejos. Y los nuevos. Y el dia que se pasa rápido, y los fines de semana sin saber de vos. Y la agonía de la primera vez, y el amor por cuidar esa primera vez. Y los sueños que no querían romperse, caídos al piso. Y el cuerpo, que se negaba a moverse con el corazón latiendo el doble. Todos. Todos me avisaron. Pero el que ama no escucha, siente. Y no me amabas, nomás.
read more “."Me avivé, amor".”

."Tus ojos".

1 comentarios
Me devolvés lo que te di. Lo que soñé con y para vos. Todos esos deseos parecen cuchillos del lado del filo, no los quiero. No se devuelve lo que se ha dado con amor y lo que no he pensando cuando lo hacía. Sin perder tu poder me mirás derrotado, lo estoy sin haber peleado. Ayer me dijiste que luchara y hoy me sacás las armas con sólo un gesto. Tenés un brillo en tus ojos que no me reflejan. Son ahora vidriosos, de otros que tendrán por dicha mirarse en ellos. Estoy desarmado, no sigas. Me duele el cuerpo y no dejo de mirarte poderosa. Me duele el cuerpo porque ya no somos dos y ahora tampoco seré uno. Me duele dejar de ser yo. Y me duele dejarte.
read more “."Tus ojos".”

."Caja".

1 comentarios miércoles, 22 de febrero de 2012
Es imposible que te proteja del mundo. Si te hacen algo juro que moriría, pero si te dañan también morirías. Quiero tus dos pies del lado de la línea del amor, no que vivas pensando en que alguien como yo te rescatará. De vos. Necesito la solución en tu boca, que me lo digas sin palabras, que me dejes hacer lo que debo. Que deba hacer sólo lo que me dejes. En tu caja de cristal mi mano pasa todo vidrio. Y te acaricia.
read more “."Caja".”

."Mi guerra sos vos".

0 comentarios
Te descubrí golpeando mi corazón con tu mano cerrada. No sé si querés entrar en él o destruírlo, decime vos. A veces quiero seguirte, a veces no querés ser seguida, otras preguntás por qué ya no te sigo. ¿Hay dentro de nosotros un espacio en donde descansemos?. ¿Nos podremos escapar de nosotros?. Te propongo irnos lejos, abandonarnos en alguna lejana tierra, dejar confinados ahí a quienes nos hacen mal: nosotros cuando nos amamos. Quiero la paz cuando sos la indefensa guerra de mi bandera blanca. Y tuya.
read more “."Mi guerra sos vos".”

"La luna de Ludmila" -Cuento corto-

1 comentarios
Le dijo a su papá que podía prender y apagar la luna a distancia. El padre la miró para seguirle el juego y fueron hasta el medio del patio de la casa. A los cinco años no había que romper la creencia de Ludmila asi que la siguió. Ella miró hacia arriba e hizo un chasquido con los dedos. Luego otro. Y otro. Empezó a hacerlo más rápidamente pero no había resultados. “Ayer te juro que me salía, papá”, le dijo a modo de disculpa. El dia anterior había estado nublado a la noche. Quiso el papá no hacerla sentir mal y le dijo que lo mirara tapar la luna con un dedo, que él lo podía hacer. Se sentaron en el pasto y ella se puso a un costado de él. Cuando el papá tapó desde su posición la luna con el dedo gordo, hizo que Ludmila se pusiera en su posición, para ver que era real. Ella gritó una especie de alarido de sorpresa. “¿Cómo hiciste?”, le preguntó. Hubiera sido más práctico decirle sobre lo que es la perspectiva pero prefirió una explicación más acorde: le dijo que ella heredaba “poderes” de él, por ejemplo hacer desaparecer la luna o taparla con un dedo, pero que no se lo tenía que decir a nadie. Ludmila era muy obediente y por más que al otro dia quiso comentarlo se frenó dos o tres veces, se guardó el secreto que nadie conocía por años. Hoy, ya una madre, Ludmila le dice lo mismo a sus hijos chicos, mientras mira al cielo para que su papá haga un chasquido con los dedos. Y la ilumine.
read more “"La luna de Ludmila" -Cuento corto-”

."Parientes frente al espejo".

1 comentarios
Tengo que ponerme a averiguar datos. Muchos no tengo porque no suele hablar demasiado, le conozco poco la voz. Le podría preguntar a un par de amigos, sobretodo para que ellos me pinten mejor un panorama. Por alguna causa hace que se sepa de él a través de otros y no de su boca. Eso tiene el problema de la interpretación, porque quien mira algo o a alguien no vive del mismo modo las cosas. Así que veré qué hago. Probablemente me mire al espejo y como Periodista hable con el que suelo ver reflejado. A ver qué pasa con su vida.
read more “."Parientes frente al espejo".”

."Razones".

0 comentarios
Tiendo a creer que uno no termina tomando decisiones sino que las decisiones vienen hacia uno, para que no nos equivoquemos. ¿Y si nos equivocamos?. Trabaja la culpa. La culpa tiene el factor tiempo a su favor, siempre tememos a las malas consecuencias. Nos paraliza el pensar habernos equivocado y no poder remediarlo. Pero hay algo que la culpa no sabe de mi, y lo comparto con todos: me equivoco porque soy humano. Y todos los días intento ser un humano sin culpas. Aunque eso me traiga consecuencias. Pero buenas.
read more “."Razones".”

."Lo lograste".

1 comentarios
Me ponés nervioso, me modificás las decisiones, me vuelvo inseguro. Más inseguro aun. Me conflictuás, me creo el peor, me creo el mejor, me creo el superior de los superiores. Me bajoneo y también me hacés sentir útil, creo serlo. Se hace de día en mi ánimo a las tres de la mañana si te pienso. De pronto me caigo y creo que nunca pasará. Luego sigo los pétalos de rosa, tus intenciones que me guían como devoto fiel hacia lo que querés. Siento felicidad en mis cosas diarias, mi respiración va detrás de mis latidos apurados. Me cambiás a tu gusto. Me hacés reir resignado. Me hacés hombre completo. O casi: me faltás.
read more “."Lo lograste".”

."Bahía".

1 comentarios
La Geografía tiene valles, tiene cerros, llanuras y mesetas. Yo estoy en mi bahía. Con el frio en mis sueños y el calor de esa sonrisa frente a la mejor creación del Hombre, tiemblo. Mi Geografía es la de un hombre soñador, mi Geografía es bella. Mi Geografía con rumbo sos vos.
read more “."Bahía".”

."Mágica".

1 comentarios
Si con tu poder mágico sobre las cosas hiciste que Dios mismo se distrajera en cuestiones humanas. Si por un segundo vos has sido Dios y viento para manejar a tu gusto mi país tormentoso. Si has sido Él sin dejar de ser vos, me rindo, Dios. Me rindo y te rezo.
read more “."Mágica".”

"Errado precavido" -Cuento corto-

1 comentarios
1991. El cielo completamente gris. La calle absolutamente embarrada de lado a lado y yo, no sé si tan mojado como resignado en el fondo, miraba la situación con las manos en la cintura. Tenía que cruzar hacia el otro lado para tomar el colectivo. Las calles de tierra cuando llueve forman al paso de los autos dos zanjas parejas por donde a veces se puede caminar. Esta vez todo era agua y tierra mojada. Durante cuatro cuadras seguí caminando derecho sin encontrar la manera de poder cruzar. Me arremangué el pantalón jean, que para esa altura ya era una piedra mojada, y pensé que al final mis medias necesitaban un cambio, asi que las podría sacrificar. Me daban pena las zapatillas porque tenía sólo un par. Luego de dos eternos minutos me animé. Crucé casi en diagonal. Tenía la extraña sensación de caminar sobre algo parecido a la crema, que hacía ruido cuando levantaba la pierna para volver a pisar. Decidí no mirar hacia abajo para no deprimirme aunque sentía que cada vez me hundía más. Llegué al otro lado. Puse primero un pie sobre el mejorado del frente de una casa y luego con dificultad el otro pie. Miré pero el colectivo no venía. Bajé la vista para verme las piernas y la parte de los pies estaban de otro color. Mis plantillas hacían ruido y las sentía como flotando. Me detuve a ver mis pasos marcados en la calle de tierra. Parecían los del hombre llegado a la luna, casi redondos y con alguna forma de la zapatilla. Lamenté mi único par de zapatillas. Se ve venir el colectivo. Es de los viejos, muy viejos. Me subo y el chofer me ve la facha. Le dije que no se podía cruzar, que me embarré. “Te hubieras quedado de ese lado y yo te abría la puerta de acá”, en referencia a la puerta del lado del conductor, el colectivo aun tenía de esas. Yo lo miré y pensé que por precavido a veces no se ven mejores soluciones. Llegué a mi casa y mi vieja me recibe con horror. Aun el barro seco en mi ropa y me dice “Mañana es tu cumpleaños, andá a comprarte unas zapatillas, esas no dan más. Es mi regalo”. Yo la miré y pensé que por precavido tampoco acá había visto mejores soluciones. Desde ese dia, para la lluvia tuve un exclusivo par de zapatillas. Y además, un amigo que me abría la puerta del lado del conductor.
read more “"Errado precavido" -Cuento corto-”

."Sin nada".

0 comentarios viernes, 17 de febrero de 2012
Para los viajes largos no hay que llevarse nada en nuestras mochilas. Tienen que estar vacías. Cuando uno se dirige a su destino sólo basta con llegar. Al costado mi pasado, que atado me desune la energía. Y de frente el amor. No lo llevo ni me lleva, me acompaña. Camino bajo el sol, miro los bolsillos vacíos de ambos, pienso en lo que me falta. Me falta todo lo que tenía. A lo lejos un punto, una puerta, una claridad. Me dejo llevar justo cuando había llegado. Y siento que estoy finalmente, conmigo. Después de tantos años.
read more “."Sin nada".”

"Cuando hay que irse" -Cuento corto-

1 comentarios
Hacía tres días que nadie sabía dónde estaba David. El vecino oyó ruidos de platos el lunes por la noche, el único dato certero que se tenía. Vinieron los padres, los amigos, su hermana. El portero había visto a alguien en el pasillo, de costado, que no le pareció ser vecino. El hombre que limpiaba la calle vio descolgarse del balcón del tercero a una persona, cree que un hombre, justo del balcón de David. Pero no pudo verle la cara. La policía actuó pero con la sospecha de la desaparición por iniciativa propia, tampoco tenían muchos indicios sobre un robo. Al quinto dia la hermana se da cuenta de la falta de un anotador, donde David despuntaba el vicio de la escritura. La policía buscó pistas pero no encontró evidencias. Las cámaras de seguridad del edificio tomaron la imagen de una persona saliendo. Tenía un largo tapado y caminaba con los hombros juntos, como con intención de que no se viera su rostro. La escena duraba cuatro segundos. Una semana después, cayendo la tarde, el que cae es David a su casa. Un policía de la esquina avisa a la seccional, le avisan a sus padres, el portero lo abraza, no entiende mucho lo que ocurre. Iba a darle mucha vergüenza explicar para que le crean. Una semana atrás se sentó a escribir, se tomó la cabeza con ambas manos y cuando abrió los ojos dos mujeres estaban al pie de la mesa, vestidas de gris. Una lo tomó de la mano y le dijo que salieran ambos por el balcón, que no tuviera miedo. David la miró a los ojos y confió. Ambos volaron hasta aterrizar de pie en la vereda. La otra mujer salió por la entrada del edificio. Y asi fue como David durante una semana se fue a buscar ideas para sus escritos junto a sus dos musas inspiradoras. ¿Alguien podría creerle?. Los padres, no. La hermana, no. El portero, no. La policía, menos. ¿Nosotros?. Sí.
read more “"Cuando hay que irse" -Cuento corto-”

."Falto yo".

0 comentarios
Esto es para vos. Sí. Para vos. Quiero que sepas lo siguiente: es imposible que manejes el sol, la lluvia y el viento. Que hables con Dios, que seas su ángel, que navegues feliz en todos los mares, que seas obsecuente con el deseo. No es posible que seas dueña de los tiempos violentos y la paz que soltás de a puñados. Me niego a creer que mirás donde hay noche para que amanezca, que tenés en tus latidos las respuestas. Quiero que sepas que no soy ni el sol, ni la lluvia, ni Dios. Quiero que sepas, nena, mi dolor: soy lo que aun no has gobernado.
read more “."Falto yo".”

."Se va".

0 comentarios
No me pidas que no quiera a la soledad. Es la perfecta presencia de la ausencia, no se ve y a la vez se lleva con todo lo que uno haga. Quisiera un amor entre los tres pero llegaste como los celos llegan: con rabia de cambio. Y mientras siento que dejarte luchar me hace bien, lloro de saber que no la tendré más. Te pido piedad: no la humilles, no la rebajes a la condición de hacerla pedirme disculpas, ella era yo. De tu corazón salen espadas de amor, la vencés hermosamente. La miro a la soledad yéndose, por primera vez cara a cara. Te beso para sentirte. Me abrazás para que la deje y dejo que me abraces para dejarla.
read more “."Se va".”

"Doctor Domingo" -Cuento corto-

1 comentarios
El muchacho sabía que todos los años se resfriaba fuertemente hasta quedar en cama unos diez dias. Que atacaba su garganta y solía ser faringitis. Estando en el primer año de secundaria fue por un certificado para presentar en la escuela. Pidió turno con su médico, el que ya lo conocía de toda la vida. La sala de espera era triangular, con el correspondiente cuadro de la enfermera con la cofia blanca y el dedo tapando su boca. También colgaban publicidades de viejos remedios. Cuando le tocó turno, el muchacho le dio la mano al médico y le explicó la situación. El hombre lo sentó en la camilla y tomó su pulso. Lo hizo recostar y luego volver a incorporarse, toser. Le miró la garganta con esa especie de espátula muy fina de metal. Le diagnosticó lo de siempre: faringitis aguda. Le dijo que estuviera acostado hasta que le bajara la fiebre y que tomara recetados unos comprimidos antivirales. El médico buscó el sello para poner en la receta y el muchacho empezó a reírse. “¿Qué pasa?”, le dijo el médico. Nada, contestó el muchacho, nada. Ambos se pusieron de pie y se dieron la mano. En el clima estaba el cambio y fue extraño, se quedaron mirándose dos segundos. El muchacho se acercó y lo abrazó, el médico correspondió al saludo y lo palmeó en el hombro. “Suerte. Mucha suerte”, le dijo ya con la puerta abierta. El muchacho sólo lo miró y por timidez no le agradeció. Cerró la puerta del consultorio y ya en la calle se apuró para no sentir nostalgia. A los 14 años visitaba a su pediatra de toda la vida por última vez. El muchacho se sentía hombre. Con faringitis.
read more “"Doctor Domingo" -Cuento corto-”

"Revisar"

1 comentarios
Tengo la poca envidiable virtud de revisar todos los días mis errores para volver a cometerlos. Me pregunté una vez que sería de mi sin ellos, pero nunca logré responderme. Otro error. Se fue un cuarto de mi tiempo en tratar de no pensar en el tiempo. Pero aun queda valor para venir a buscarme. Y rescatarme de mi.
read more “"Revisar"”

."Mis miedos".

1 comentarios miércoles, 15 de febrero de 2012
Un hombre tenía miedo de ser hombre. Una joven dama, de pies a cabeza con un vestido color piel, le hace una reverencia. El hombre la mira para enamorarla, hacerla suya y lograr vencer al miedo en compañía. La mujer levanta su mano y de ella sale un haz de luz que enceguece. Siente frio y soledad el hombre, desnudo de su mente y en medio de esa luz que lo paraliza. De pronto la mujer baja la mano y todo cesa. Quedan mirándose cinco segundos y ella ya no es joven, luce desalineada. El hombre sin ataduras de alma se va acercando. Ella mueve la cabeza hacia donde está la mano de él y se deja acariciar. Le pregunta quién es y ella dice “Soy tus miedos, vencidos. Deja ya de ser yo para empezar a ser hombre”. Y él le dio un beso y la dejó irse ayer, hasta perderla de vista.
read more “."Mis miedos".”

"Crujido" -Cuento corto-

1 comentarios
La vereda estaba algo rota por las raíces del tilo, esas veredas de color amarillo y gris cemento. El cerco era blanco y elevado unos veinte centímetros del piso. Las inundaciones en su momento eran habituales y había que tomar recaudos. Una puerta baja de reja color negro, el inicio de una serie de ruidos que en ningún otro lado se oirán. Un chillido particular al abrir. La entrada tiene un porshe en donde la persiana rectangular hace juego con la puerta, casi del mismo tamaño pero en vertical, toda en madera. Un farol con una cadena bastante larga se mueve peligrosamente de costado con el viento. Tiene vidrios trabajados de dos o tres colores aunque le falta uno de ellos. El picaporte de la puerta es amarillo y la vieja llave Trabex entra cansada, con facilidad. Hay que tener cuidado con la segunda elevación esta vez de goma, que tiene debajo el marco, contra el agua. De nuevo se escucha el segundo chillido particular. La cerradura hace crujir la madera de la puerta, y se abre. De frente la foto del abuelo, tan parecido al señor del pan dulce Musel que durante años creí que lo era. El piso es verde y amarillo en círculos, una especie de imitación de mármol. A la izquierda la mesa de madera oscura, tapada por un plástico transparente. Un cuadro de una cabaña con árboles detrás. Un hogar que fue verdadero pero de leños falsos, la llave de paso del gas disimulada detrás de un florero. Un tocadiscos de los años 40 que aun andaba, al menos las veces que el nieto lo prendió. De frente un mueble con dos cajones a los costados y una puerta en el medio. En el cajón de la derecha los juegos que abuela y nieto preferían: dominó, damas, algún rompecabezas. De pronto me doy vuelta y todo desaparece. Las cosas del comedor no están, queda completamente vacío, me toco el corazón porque me dio miedo. Ya despierto, me siento en la cama. A la misma hora en que todos los días dejo a ese sueño en el mismo lugar. Para volver por él.
read more “"Crujido" -Cuento corto-”

"Sus ojos" -Cuento corto-

1 comentarios martes, 14 de febrero de 2012
De nuevo esa sensación horrible. El escritor notaba cómo otra vez se le empezaba a nublar la vista y frente a la mesa se tomó la cara con ambas manos. Se sentó. Escribió casi a ciegas, sólo percibiendo las letras y recordando lo que pensaba. Dejó caer el presente y luego sus pesares. Redactó que ya no podía ver bien a pesar de siempre tener una vista excelente, pero que desde hacía dos meses todas las noches dejaba de ver nítido y en la parte de arriba de la vista había algo que le molestaba. Que pensaba era el final de él. Que hacía 20 años no lloraba. Que nació para escribir y sin su arma se iba a sentir inútil. Recordó a sus tres amigos de la infancia, quienes leían a escondidas de los padres los libros “de grandes”. El escritor tiene la real sensación de puntapié de inicio en aquellos libros leídos por los tres, sentados en el piso y en voz alta. Escribió sobre su madurez, teñida de cierta nostalgia presente (vaya ironía) en casi todas sus novelas. Se permitía sentirse preso orgulloso de cierta época que no ha vuelto. Escribió que tuvo hijos pero no esposa, que ella se fue junto a aquel viajante de comercio tan odiable. Que no la extraña porque se crió junto a la soledad. El escritor veía cada vez más nublado. Cerró con lo que le generaba una mujer que conoció, como unas nuevas ganas de vivir, algo que no podía explicar y que le pesaba. Terminó el texto firmando al pie de la hoja. Se levantó y miró hacia el frente. Dos enormes lágrimas cayeron de sus ojos, le ardieron. El amor lo hizo llorar luego de 20 años y dos meses. Una lágrima cayó en la mesa y la otra en la hoja, al lado de su firma. Enseguida empezó a ver mejor. Al otro dia se sentó a escribir la historia de un hombre enamorado con lágrimas de miedo, que ante el amor temblaba. Nadie sabría que hablaba de él. Y nadie sabe, en realidad, lo que las lágrimas pesan.
read more “"Sus ojos" -Cuento corto-”

."Miedo a querer".

1 comentarios
Siempre alejo lo que quiero. Como el que va a levantar algo del suelo y sin embargo lo patea con el pie un tanto más adelante. Mis ideas, mis sueños, mis necesidades de superación. Lo quiero lograr y se va alejando conforme me voy acercando. La distancia nunca se modifica. Pero viene alguien. Con sus ideas, con sus sueños, con sus necesidades. Con lo que también aleja cuando lo tiene cerca. Dejo de pensar en mi para hacerlo en función de su aliento, el aire que llena mis pulmones, con la franqueza de los enamorados que dicen todo sin una palabra. Temiendo que al quererla la aleje. En la noche de miedo de este cobarde sueño, Dios, yo tiemblo.
read more “."Miedo a querer".”

Carta a San Valentín (en Facebook).

0 comentarios
No me enamoro hace años, que por piedad propia no diré en cifras. Bastantes. Se va a cumplir un año de haber dicho por última vez “qué hermosa mujer” cuando vi a alguien. Y lo pensé, no lo dije. A veces creo que la realidad te lleva para lejanos puertos y que el amor de algún modo lo termino poniendo en otras cosas, a veces visibles y otras no. El amor (también la patria) son términos que se definen con los años y en cada uno es distinto. Yo creo que amor es la entrega de lo que no sé definir, en algo que no evalué para poder darlo. Es no pensar y ser fiel al latido nuestro. Para los fieles a eso, para los que buscan algo y los que no, feliz dia!!.
read more “Carta a San Valentín (en Facebook).”

."Quiero cambiar".

1 comentarios
Me dejé antes que me dejaras, no puedo soportarme cuando en mi espejo siempre veo que soy vos. No tengo vida pero sos la mia. Tenés la suerte de ser una persona con dos cerebros, y el mio te responde sin reprocharte nada. El corazón lo veo en tus ojos todos los días y el amor es una especie de aura que te sigue, que te hace inmortal. Pero yo sigo, mortal, a tu lado. Quiero cambiar mi vida y todavía no aprendí a dejarte ir de mi. Amor me rindo, y aun asi te digo lo que ya sabés, preciosa. Desde que no tengo otros ojos que los tuyos para mirarte. Y desde que me dejé, antes que me dejaras.
read more “."Quiero cambiar".”

"Pasión" -Cuento corto-

1 comentarios
Personalmente practico pensamientos positivos. Puede pasar que pesen, la práctica permanente y plena permiten un presente pero prescindiendo del pasado. Podemos permanecer presos del pasado. Y perder lo primordial: la paciencia. Precisamente, prefiero publicar un pedacito de mi pequeña pasión, para poder pasar a palabras las pulsaciones que provoca poseer esa pasión. Me ponía a pensar en el pasado y para peor, en un puente perdido de mi pueblo. Pero el presente prefirió para mi un poco de piedad y de pronto percibí una Presencia. Me preparé pensando en lo peor. ¿Pero qué peor que preso de mi pasado?. Primero un perfecto y perturbador preanuncio en mi piel. Me puse de pie. Por detrás del puente la Presencia parecía pedirme precio por mi pasado. Y pagué con placer, perdiéndolo sin palabras que me perturben. Nos pensamos, de pelo a pies, perfectos, y a partir de proponérmelo, el pasado no puede ni pretende pisar mi presente. Pensamientos positivos plenos. Y pasión.
read more “"Pasión" -Cuento corto-”

."Despreocupate".

1 comentarios viernes, 10 de febrero de 2012
Me siento bien, quedate tranquila. Creí que cierta luz de la tarde me iba a quemar los sentimientos, a sacarlos sin mi permiso y hacerlos eternidad, ilusión lejana. Pero la vida es milagrosamente eficaz, porque con amor o sin amor respiramos. Yo no encuentro el motivo pero el presente sí y me intenta ayudar. Me resisto a abandonar aquello, todo, el deseo en tus cinco dedos apretando mi historia, pero me dejé antes que me dejaras. Y aun así me siento bien. Quedate tranquila.
read more “."Despreocupate".”

"Lo que hacemos" -Cuento corto-

1 comentarios
Se levantó. Cerró la puerta del baño. Cerró la canilla, cerró el dentífrico. Cerró luego el envase de café, cerró el pote de queso crema y el de azúcar en la alacena. Cerró el placard en la parte de las camisas. Cerró la llave de paso, cerró la ventana del comedor. Cerró la puerta de entrada, la del ascensor y la de la salida del edificio. Cerró su billetera vacía a mediados de mes y cerró la puerta del taxi. Cerró el celular luego de leer un mensaje. Cerró la puerta del pasillo de su oficina, que debería ser corrediza. Cerró de nuevo su billetera para un café de la máquina. El Windows se colgó y cerró para volver a abrir. Cerró la caja de ganchitos de la abrochadora, que después nadie tiene. Se tomó la cabeza a media mañana para despejarse. Cerró su lapicera Parker y miró por la ventana. Resopló cerrando los ojos. Vino Adriana y lo trajo a la realidad. “Tenés que cerrar el balance, dale”. Cerró el chat que lo distrae, la página de internet de chimentos también. Cerró el balance con pérdidas mas o menos dibujadas. Cerró la puerta del jefe. Se sentó y lo escuchó, necesitaba de él asi que mejor cerrar el balance. Se dieron la mano, cerraron ahí trato. Al mediodía en el pulmón del edificio cerró la bandejita de plástico con el celofán, no quería comer más. Cerró el balance a la tarde. Su jefe lo dice a viva voz con falsa felicidad. Aplauso cerrado. A las cinco cerró la computadora y volvió a cerrar su billetera en el taxi. Llegó a su casa. Abrió la puerta. Miró sin suerte por la ventana cerrada la luz de la tarde. Mañana, juró, empezará por su bien a abrir todo.
read more “"Lo que hacemos" -Cuento corto-”

."Persiste".

1 comentarios
Sos un latido, sos persistente y vital. El centro del sol que ofrece amparo a los solitarios, agua y sombra a los que cometen como yo la locura de acercarme. En tu universo existe el octavo dia. Lo creaste para que te adore, una especie de misa eterna sin iglesia. Tengo sed y escucho que latís para que me guíe, mi razón está detrás de tus deseos. La escondiste de mi para que te busque. Pero me doy cuenta, amor. No la tenés. Llegué acá siguiendo tus latidos dentro mio. Persistentes y vitales.
read more “."Persiste".”

"Lluvia, lágrimas" -Cuento corto-

1 comentarios
Salió de su casa y ya estaba algo triste. A los diez minutos de caminata rumbo a la reunión de exalumnos comenzó a llover. Se mojó la camisa color crema y los zapatos claros con el agua se le pusieron oscuros, asi que intentó protegerse bajo el toldo de un negocio. Seguía triste pero no sabía la razón, faltaban dos cuadras para el lugar elegido de reunión, un restaurante. Llegaba hecho una sopa. Miró a través del vidrio, no vio en las mesas a nadie conocido y se quedó en la puerta, mojándose con la furia de la lluvia de verano. Puso sus dos manos detrás de la cabeza y estiró los brazos para que se le fuera esa angustia que hace que no se respire bien, que corta el aire cada vez que inspiramos. Su vida le parecía aburrida y sin luces. Nadie se había dado cuenta durante años y ese viernes parecía que él sí. Fueron llegando sus antiguos compañeros, se saludaban. Todos le decían que estaba empapado, que parecía un trapo, que sus zapatos eran dos charcos. No dijo nada y entraron, justo cuando llegó Claudia algo tarde, con piloto y un paraguas que parecía sombrilla. Fue saludando de a uno y cuando le tocó a él lo miró fijo. “Déjenme un minutito hablar acá con el caballero”, le pidió a los demás, que acataron entre risas. Ella lo miró y le acarició el hombro, con esa camisa completamente mojada. “Vos no estás mojado de lluvia, estás llorando”. Él se dejó abrazar, alguien se había dado cuenta de la diferencia entre la lluvia y las lágrimas. Corren diferente por la cara, son otras gotas. Claudia le preguntó qué le pasaba. “Vos, me pasa”, dijo él, y tocó su pelo largo algo mojado. En esa esquina de noche, en ese viernes, en esos ojos que no dejaron de mirarse, hubo por fin un poco de luz bajo la lluvia. Sin lágrimas.
read more “"Lluvia, lágrimas" -Cuento corto-”

."Perfecta".

0 comentarios
Mi forma de ser a veces es una trampa perfecta. No te dejo salir de ahí porque yo no puedo salir de mí. Ambos somos mejores y yo te abrazo como único gesto vanidoso, siento que estás lejos cuando te miro de frente. Intento que me digas lo que quiero oír, necesito eso para salir de mi propia historia. Pero sólo me mirás sonriente, sensible, irradiando lo que nadie ve y yo deseo. Ahora viene la mejor parte: voy a tu trampa sin ganas de salir de ella. Mortal y perfecta.
read more “."Perfecta".”

"La firma en tus ojos" -Cuento corto-

1 comentarios
Le dijo que no la conocía. Que no entendía por qué lloraba si todo estaba bien. Que sentía que ninguno de los dos podía hablar y por eso había que calmarse. Le preguntó por las personas que vio, haciendo ruido todo el tiempo con gestos ampulosos. Que de noche tenía frio, a ver si lo podía solucionar. Le confió que tuvo miedo al principio, que despertarse a la mañana es parecido a abrir una canilla y que el mundo salga por ella sin control. Que tiene la fórmula de la felicidad cuando algo molesta: darse vuelta hacia un costado y cambiar la visión. Pudo decirle que avisara a quienes vinieran que es inútil hablarle a veces, a la gente aun no la comprende. Que siente calor en las manos, una energía que lo hace moverse siempre. Que en el rato que estuvo ahí, en un momento lo dejaron junto a una mujer que no conocía y que luego llegó ella. Le volvió a decir que no llorara aunque se guardó comentarle que le gustaban sus caricias. La dejó tranquila por la noche, ambos descansaron. Al otro dia por la mañana la miró nuevamente, casi frente a frente. Y le dijo que sus ojos de mujer sellarán un pacto eterno con él. Ambos jurarán entenderse de ahí en más sin una sola palabra. Ella le dio un beso. Él se acomodó en su pecho y se durmió.
read more “"La firma en tus ojos" -Cuento corto-”

."A merced".

0 comentarios
La marioneta tiene dos hilos. Uno es el amor y el otro la razón. Ella los mueve con certeza, a veces el amor hace todo y la razón sólo mira. Otras veces se mueven al mismo tiempo. Pero ella nunca deja a la razón moverse sola, la controla, es suya. Ese es su juego, la engaña. Le dice que ella es una más, pero ante una mujer no hay razón valedera. Tensa todas las noches mis hilos pero usa sólo uno. Hay amor. Ay, amor. Ella juega siempre conmigo.
read more “."A merced".”

"Eso por hacer" -Cuento corto-

1 comentarios
Patricia cambiaba de canales aburrida con el control remoto desde hacía unos diez minutos. Suena el teléfono pero deja que el contestador responda, seguramente será otra vez la promoción de la banda ancha, esa insoportable voz femenina. “Te habla Miriam, conseguí tu número. ¿Estás ahí?”. Patricia abrió los ojos y miró el contestador, que con su luz roja titilaba avisando del llamado. Se quedó helada y sin reacción. “Yo el sábado a la tarde estoy en casa, vivo en Bernal, te paso la dirección”. Patricia anotó y cuando Miriam colgó se sentó a pensar. Su hermana no le hablaba desde hacía unos veinte años. Sonaba como mujer grande, fue extraño lo que sintió y nunca fue claro lo que pasó. Discusiones de dos mujeres que no cedieron y que quedaron heridas, pero ahora la invitaba a verla. El sábado Patricia salió de su casa de Palermo, en colectivo hasta Constitución y de ahí el tren. Nunca había viajado en ese tren y miraba todo con asombro y recelo. Se bajó en Wilde y otro colectivo más hasta Bernal. De la parada unas tres cuadras caminando. La vereda es un mejorado de cemento muy angosto, que serpentea una canaleta a cielo abierto, que con suerte el agua por allí corre. Llega a la casa, que tiene reja y timbre de color verde. Toca pero siente que no suena y hace palmas. Un perro que ladra en el costado y desde la puerta una cortina azul que se mueve, sale Miriam. Con la llave en la mano se pone a llorar y le abre, ambas se abrazan. Patricia le cuenta que vive sola en Palermo, que nunca se ha casado, que es empleada de una empresa y que en general está muy aburrida. Miriam le ofrece mate y mientras va a poner más agua Patricia mira la cocina. Dos colores en la pared a medio pintar, una ventana con tres colores de vidrio y una heladera con los bordes un tanto viejos. Su hermana le dice que ha formado familia. Que tiene dos hijos, uno estudia para ser médico y el otro está en el primario. Que su marido la dejó apenas nacido el segundo hijo y en la calle. Que esa casa es de una prima de una conocida que no le cobra alquiler pero que cada tanto viene a pedir mucha plata junta, y se la tiene que dar. Que trabaja de empleada doméstica de lunes a viernes a tiempo completo, que no gana mucho pero es feliz. Tres horas y media después Patricia le ofrece irse a vivir con ella a Palermo, solucionándole el tema de la vivienda. Pero le pidió algo. Que le dijera cómo podía ser feliz en medio de tanta carencia. Miriam le dijo: “No te lo puedo enseñar, hay que pasarlo. Si yo me resigno estas paredes se terminan de caer. Hacé siempre algo para no sentir eso horrible que es no tener un motivo adelante”. A los 15 dias Miriam preparaba la cena en la casa de Palermo para su hermana y sus hijos. Patricia la mira servir. Y siente que ha servido.
read more “"Eso por hacer" -Cuento corto-”

"Vani" -Cuento corto-

1 comentarios
No hay peor cosa que enamorarse de su propia historia. Abel contó cierta vez cómo era su infancia. Fue durante una reunión de amigos y también de gente que no frecuentaba mucho. Se explayó mentirosamente en temas y terminó diciendo que era el líder de su clase y el de mejores notas. Que lo seguían ejércitos de mujeres durante su escuela secundaria y que en los tres años de Ingeniería que cursó hasta que abandonó, dos profesoras lo habían corrido proponiéndole tener algo con él. Abel iba construyendo de él un perfecto monstruo, total no había testigos de lo que estaba relatando. Un día asiste a otra reunión en donde había algunos de la reunión aquella. Y tuvo que acordarse qué mentiras había dicho como para que no se notara que su relato no era real. Le agregó más información falsa. Dijo que fue boy scout y que ayudó a salvar a un compañero que había caído al rio. En realidad el que cayó al agua había sido Abel, y fue en una excursión a Entre Rios. Pero nadie lo sabía. Una noche lo invitan a bailar. Una mujer está al pie de la escalera y él se acerca, no la conoce. Se presenta y dice que era el amigo del dueño. La mujer se sonríe y ambos se ponen a bailar. Abel comprueba estar ante alguien que sabe bailar, que le cree todo lo que le dice, pero que casi no hablaba. Se van hacia un costado e intenta tener un diálogo. Ella lo frena con un dedo en los labios de él. Le dice “no, no hables. Yo ya sé”. Buscan ambos la salida. En la calle ella lo besa. Abel siente un escalofrío, algo no estaba bien. La mira intentando ubicarla, la siente familiar pero no la conoce. Ella, la vanidad, le acomoda el saco y la camisa. Al oído le dice “Si seguís conmigo vas a fracasar, amor”. Le pidió a Abel que no la siga. Desde ese momento Abel volvió a ser el de la infancia aburrida como cualquier otra. Ahora es el más callado en las reuniones. Por vanidad.
read more “"Vani" -Cuento corto-”

."No lo supo".

1 comentarios
Tu deseo se deja ver en las cosas que hacés, en lo que te interesa. Hago el esfuerzo por gustarte. Hago el esfuerzo, en realidad, para que me gusten las cosas que te gustan. Me desaliento cuando te veo poco movilizada por mis actos, estoy acá!!. Ey!!. No, no me ves, estás siendo cada vez más linda y yo cada vez más servil a mi hermoso sueño. Un espectador de primera fila, y vos ahí. Mi venganza va a ser muy dolorosa: voy a dejarte. Y me va a doler porque nunca, creo, lo sabrás. No te preocupes, mi corazón no sufre: me duermo contándole cómo sos, todas las noches. Y latimos los dos.
read more “."No lo supo".”

.Bella.

1 comentarios viernes, 3 de febrero de 2012
Sos bella e inteligente. Das esperanzas con sólo una mirada y una inclinación de tus ojos. Lo hacés con maestría, me resigno a no ser nada frente a ese manejo digno de reloj suizo, perfecto y preciso. Adonde me duele y desespera la duda. La esperanza es siempre el motor, su término medio es la expectativa. Vos sos hermosamente yo, y me das mi aire de a poco. Manejás el amor con tu mejor ritmo. Sos el amor. Sos bella e inteligente.
read more “.Bella.”

"El paso" -cuento corto-

1 comentarios
Andrea estaba a punto de cerrar trato. La casa le había gustado pero no se lo quiso decir ahí mismo al vendedor y esperó hasta el otro dia para comentárselo por teléfono. Por primera vez la mujer nacida y criada en departamento pasaba a tener su porción de terreno verde, suyo. Una especie de derecho que se daba para sí luego de tantos años. El boleto se firmaría el miércoles y pidió pasar por la casa el martes. Le dieron las llaves y entró para mirarla a solas. Salió luego al frente, tomó aire y el sol le pegaba en la cara, todo parecía una publicidad de crema para manos. Perfecto. Salió tras cruzar la reja y una vecina se acercó. “Me llamo Norma”. Qué tal, Norma. Soy Andrea y en la semana ya me empiezo a mudar, soy su nueva vecina. “Buena noticia, me ponía nerviosa que esta casa estuviera vacía, sobretodo por los ruidos a la noche”. ¿Qué ruidos?. Norma siguió sus reflexiones sin escucharla. “Este barrio es tranquilo, te va a gustar. No sé si tenés familia, acá son todos casados y con hijos grandes. La de enfrente se llama Margarita y tiene tres hijos de dos matrimonios distintos, ahora tiene un novio que la pasa a buscar en un auto impresionante. La de allá se llama Emilse. Una española jubilada, no se da con nadie y saca la basura rápido para no saludar, es desagradable. Del lado de la esquina está la casa de rejas marrones, es de Ramón. Separado, dos hijos grandes, uno vive con él. Anduvo sin trabajo muchos años, era empleado de ENTEL. Los hijos lo ayudaron y ahora rompe las cosas de la casa para luego arreglarlas, eso me lo contó la panadera. En esta mano del otro lado viven un matrimonio y un hermano de ella. Hacen fiestas bastante seguido, hasta de madrugada. Yo creo que juegan, juegan a las cartas. A veces vienen matrimonios con autos y se quedan horas, creo que juegan por dinero. La vecina de mi lado se llama Beatriz. Es mi amiga. La familia ni la viene a ver, no la llaman por teléfono, nada. Cuando se pone a llorar me llama y voy, está muy sola, quedó viuda de joven y nunca más tuvo pareja. Y yo…bueno yo soy soltera. Tengo tres perros y dos gatos, hacen un poco de ruido pero todos acá están acostumbrados. Le abro al jardinero, al que me trae la soda y al del almacén. A nadie más. ¡Por suerte te mudás a un barrio donde no pasa nada!”. Al otro día Andrea estaba mirando por la ventana que daba al pulmón de su departamento. Dudando. Mucho. En un departamento uno puede ser anónimo, en un barrio eso es más difícil. Llamó a la inmobiliaria, pidió tiempo. Volvió a ver la casa, habló con la vecina. Le preguntó qué eran los ruidos a la noche de los que le había hablado. “Nada, seguro que vos no creés en esas cosas, sos joven”. Esa tarde Andrea se quedó en su departamento tomando mate con sus propios fantasmas. Y por ahora, no se mudó.
read more “"El paso" -cuento corto-”

"Melodía" -cuento corto-

1 comentarios
¿Dónde había oído esa canción?. Daniel ya parecía un loco intentando recordar de dónde le surgió hacía tres noches tararear algo. Era una canción que oyó de pasada, quizás en la calle o de la radio en su casa. Vivir en Trenque Lauquen reduce la cantidad de lugares para ir a preguntar. Fue a la única disquería grande y le cantó la melodía al empleado, que lo miró con cara de susto y los ojos bien abiertos. No sabía tampoco si era en castellano o en inglés, recordaba sólo una parte en piano, le había gustado de verdad. Buscó por internet los nuevos temas en las radios pero descubrió que la música en la web es para quienes saben qué buscar y lo encuentran. Es imposible sin datos. La melodía en una persona se pega, no la deja y gana por cansancio. Daniel estaba cansado de que le guste y encima no sabía ni el nombre. A los diez días, en la sala de espera del dentista y detrás del ruido del torno, la música funcional le dio una mano. Y sonó clara la melodía. Se puso de pie con los brazos en alto y fue a la secretaria. Ella le dijo que la música la ponía el médico desde el consultorio. Cuando le tocó su turno Daniel le contó toda la historia. El hombre se rió, ambos rieron. Y le dijo que la música era de un compacto de su hermana que cantaba tangos. Algunas de las canciones las pasaron por la radio local y seguramente Daniel allí la oyó. Preguntó cómo se llamaba la canción: “Un rosal”. Consiguió el compacto y le pareció muy bueno. Al mes y medio ya la melodía le había cansado, pero no podía dejar de oírla. La letra decía “un rosal tiene dos caras, el destino acaricia y pincha, la noche en la sombra te confunde”. Daniel de Trenque Lauquen aun escucha esa canción. O la canción ya lo escucha a él, le ganó de cansancio. Y lo acaricia todas las noches hasta que se duerme.
read more “"Melodía" -cuento corto-”

.Su ilusión.

1 comentarios
Dejó el caballo atado en el poste del semáforo. Caminó sin ubicar bien la dirección, preguntó y encontró la altura: 2325. Golpeó la puerta pero un hombre le dijo que eso era un edificio de departamentos, que había portero eléctrico. Buscó el 3B y tocó timbre. Esperó unos diez minutos, nadie respondía. La gente que pasaba se detenía a mirarlo, se sentía cada vez más incómodo. Otros cinco minutos y su paciencia terminó. Ya rumbo a la esquina se subió a su caballo y se fue. Marcela justo se estaba bañando y nunca oyó el timbre. El Príncipe azul de su vida, el que siempre esperó, ya cabalgaba por Reconquista hacia el bajo. Hay que estar atentos al timbre, amigos. Suena a veces (quizás una sola vez) y no lo escuchamos.
read more “.Su ilusión.”

.Lluvia.

1 comentarios
Cómo llueve!!. Me gusta caminar debajo de la lluvia, el lunes lo hice. Es hermoso sentir la lluvia que pegue en el cuerpo con más permiso que molestia, lentamente. Respirar. Caminaba por Suipacha y vi a una mujer muy linda llevando en una bandeja algo, tapado por una servilleta. Se apuraba poniendo los ojos chiquitos bajo la lluvia. Me puse a la par, quería saber adonde iba. Se metió en un edificio, dejó la bandeja a media altura y se acomodó el pelo. La miré, nadie más había bajo la lluvia caminando y me dijo “¡cómo llueve!”. Y yo, mojado, y sin mucha originalidad a cuestas, le dije “pagaste mi dia, no me importa”. Y seguí. Empapado pero algo más feliz. Luz bajo la lluvia.
read more “.Lluvia.”

"Un ser práctico" -cuento corto-

1 comentarios
María José se había comprado unos aritos de color naranja y se los llevaba puestos. Tenían una terminación en metal que parecían darle más estilo, nivel. Pagó un número de tres cifras, eran caros de verdad, salió del local y siguió recorriendo la galería. Nadie la apuraba en vacaciones y la soledad de voces tiene su gusto. Quería a sus amigas pero ciertas veces no oírlas un ratito no le venía mal. Miró ropa que no compró, libros y compactos que no eran de su gusto pero con tiempo todas esas cosas son posibles. Salió de ahí, tomó un taxi en la esquina. Eran unas veinte cuadras y para ahorrarse decirle al chofer que no tenía cambio, cuando vio que en el reloj marcó 16 pesos, se bajó. Justo en la esquina de su casa. La calle empedrada conspira contra sus zapatos de taco y odiaba eso, lo único que odiaba del barrio. Sacó las llaves y se dio vuelta para ver si detrás no había nadie. En ese giro sintió que su aro derecho salió disparado, impulsado por vaya a saber qué desgraciada energía. Lo vio caer en la calle, pegado al cordón. Se agacha para levantarlo y unas luces la enceguecen: un auto estacionaba exactamente donde estaba el arito, es más: la rueda derecha del auto quedó arriba y María José rogaba estuviera entre dos piedras y no sobre alguna de ellas. Le gritó al hombre que se bajó sin entender mucho. Los dos empezaron a buscarlo. Se ofreció a mover el coche pero ella no quiso por miedo a terminar de romperlo, tanteaban con las dos manos sin mucha esperanza. El hombre se ofreció a pagarle el valor pero María José quería su arito. Cuando lo vio gritó de nuevo. Con dificultad lo fue sacando bajo la rueda y finalmente lo logró. Pero no tenía esa terminación en metal, se había roto aunque la piedra naranja y el resto del arito quedó en condiciones. Le agradeció de todas formas al hombre, que un poco culpable se sentía. Le preguntó si el arito estaba entero y ella le comentó que le faltaba una parte que lo hacía más fino. El hombre se rascó la cabeza y le dijo “¿y si prueba con sacarle al otro aro el metal de abajo?. Así quedarían parejos”. María José se terminó de indignar y entró a su casa. Los puso arriba de la mesa, los vio un rato largo. Y aceptó el consejo del hombre. Le sacó la parte de metal de abajo y ambos quedaron parejos. Al otro día los llevó a la oficina. Se sometió con temor a la opinión femenina ajena, la miraron y sentenciaron “¡qué lindos aros!. Una le dijo que en la galería había unos parecidos pero que esos eran originales. Desde ese día María José no rompe todo lo que compra, pero se volvió menos obsesiva. Espera por otro hombre con consejos prácticos, una capacidad que no tiene. Mientras, compra más aritos. Bueno, sigue siendo obsesiva.
read more “"Un ser práctico" -cuento corto-”

"Lo que fue y lo que es" -Cuento corto-

1 comentarios
“Estas son mis memorias, las que jamás serán leídas”, arrancaba el desordenado texto que Joaquín empezó hacía cuatro noches. Desempolvó la máquina de escribir y todas las noches se sentaba de cara a una pared de su habitación, con algo de reflejo de luz viniendo por la ventana. No seguía un orden sino lo primero que le venía a la mente. En esa primera noche recordó a Álvarez, un zapatero de barrio que atendía en su propia casa chorizo de Liniers. Joaquín con la mamá solían ir ahí y mientras ella elegía zapatos, él miraba todas esas puertas de habitaciones que daban al patio, y la enredadera en la pared del fondo. Recordaba el olor a cuero. Difícil explicar eso, contar un momento a partir de un aroma que impregna la memoria. Luego escribió sobre el ruso Lezevich. El ruso fue su primer amigo, un amigo de más edad que él pero que lo había adoptado en sus afectos. Sentía Joaquín que a su lado hacía cosas de grande y el ruso sentiría volver un poco a ser chico. La amistad se cortó cuando un pelotazo fue a dar a la base de hierro de una maceta, que se cayó y se hizo ruido y silencio en esa tarde. ¡Y pedacitos!. La madre se levantó de la siesta y lo echó al ruso de la casa. Se comenzaron a saludar de lejos y dejaron de frecuentarse. Al año los Lezevich se mudaron. Lo tercero que Joaquín había escrito era sobre Norita Antonino. Era la hermana de una amiga de la mamá de él. Cuando la vio por primera vez le pareció altanera, luego esa especie de odio que le generaba entendió que era algo más. Nunca lo saludaba, él debía buscarla para eso. La veía desde la ventana de su casa cómo caminaba por la calle, con un vestido de falda muy larga y el pelo atado con dos colitas. Ponía al caminar el cuello muy derecho y ese gesto le causaba gracia y ternura. Estaba descubriéndose en eso de mirar a una mujer que ni bajo tortura hubiera dicho que le gustaba. “Lo secreto del placer es, justamente, lo secreto”, escribió. No le faltaba razón. A la cuarta noche el intento por hacer sus propias memorias le dio lugar al sueño. Había escrito nueve hojas y avanzado solamente un año de su infancia. Sintió imposible poder contar tanto y se durmió sentado frente a la máquina. Norita Antonino, su esposa, lo despertó a la mañana siguiente con un beso en la boca. Le contó que ubicó a los nietos de Álvarez, también zapateros, y que encontró al hijo de Lezevich por Facebook. Joaquín, aun a medio despertar, sigue con sueño. La vida de él, en algún modo, sigue siendo aquel año de su infancia que lo marcó para no olvidarlo. Para su libro de memorias eso le basta.
read more “"Lo que fue y lo que es" -Cuento corto-”

"La cuchara" -cuento corto-

1 comentarios
¿Hola?. Ah, Silvana ¿cómo andás?. Bien, si, yo ahí viste…lo que pasa es que todavía no me terminé de mudar. Estoy sentada en la silla nueva sin sacarle el celofán, mirando los canastos. No tengo ganas de desarmar nada, me siento linyera. Sí, sí, dejé mucha ropa en lo de mi hermana, sí. Pero uno guarda puras pavadas. Las cosas del colegio te juro las tiraría, porque ya no veo a nadie, y los que frecuento ya son gente grande, no la de los cuadernos. Ayer revisando la agenda me encontré el teléfono de Leti. ¿Estará aun por Devoto?. ¿Te acordás?. Sí, sí, ¡esa del pelo de alambre!. Uh, mi vieja me dijo que pusiera un ordenador de llaves. Me regaló uno que es un loro de madera que va al lado de la puerta, es horrible, ¡prefiero perder la llave antes de poner eso en la pared!. Ah, hoy conocí a la primera vecina. Le digo “Hola me llamo Renata, soy la nueva vecina del 5 C”…y la tipa me miró de arriba abajo y me dijo “Bueno gracias” y cerró la puerta del ascensor. ¡Arpía, la vieja!. Quiero dejarle mi teléfono a algún vecino y yo saberme un par, por las dudas, viste. Tengo un chino a la vuelta asi que eso me salva. Tintorería no vi, hay dos farmacias, un gimnasio recontra trucho y una verdulería con todos los cajones afuera y casi ninguno adentro. No te invito a casa porque todavía es un desastre. Ni sé dónde envolví las tazas de café, negra. Al final hablé todo yo, perdoname. Beso, chau. Chau. Renata manoteó el primer envoltorio de papel de diario y ahí estaban las tazas de café. No sin emoción fue a probar la cocina y puso la pava. Se hizo el primer café en su nueva casa. Se sentó a saborearlo. Miró los canastos, los bolsos, las paredes blancas. Se acordó que no tenía las cucharitas. Las buscó hasta que sacó una. Revolvió el café y oyó el golpe de la cuchara contra el pocillo. Hizo un gran ruido en la sala aun vacía. Miró a su alrededor. Sintió un escalofrío en el cuello y juntó los hombros, el miedo le daba frio. Y tenía frio y miedo. Las paredes rebotaron el ruido. Bienvenida Renata, a eso de vivir sola. Tranquila.
read more “"La cuchara" -cuento corto-”

La frase que surge...

1 comentarios
No sabré nunca si sos lo mejor que me pasó en mi vida o en realidad aquello que construí de vos para que yo crea eso. Es complicado verte sin que mis ojos intervengan en mejorarte, en desearte como sos. A veces creo que no estás en el presente sino en mis sueños. Viniste, y te hiciste presencia de lo que imagino es una mujer. Ahora tiemblo, soy hombre débil: es la parte en que ya no decido nada, como cuando me mirás y dejo que el tiempo sean sólo latidos. Los tuyos. Los que quisiera conmigo. Pusiste una vez tu mano en mi corazón, latimos a ritmos diferentes. Te reíste, me miraste fijo. Ambos corazones se dignaron latir en tu palma, felices. Ahí, desde donde hace días descansa el mio. Preso, muy preso, en tu mano abierta.
read more “La frase que surge...”