"La luna de Ludmila" -Cuento corto-

Le dijo a su papá que podía prender y apagar la luna a distancia. El padre la miró para seguirle el juego y fueron hasta el medio del patio de la casa. A los cinco años no había que romper la creencia de Ludmila asi que la siguió. Ella miró hacia arriba e hizo un chasquido con los dedos. Luego otro. Y otro. Empezó a hacerlo más rápidamente pero no había resultados. “Ayer te juro que me salía, papá”, le dijo a modo de disculpa. El dia anterior había estado nublado a la noche. Quiso el papá no hacerla sentir mal y le dijo que lo mirara tapar la luna con un dedo, que él lo podía hacer. Se sentaron en el pasto y ella se puso a un costado de él. Cuando el papá tapó desde su posición la luna con el dedo gordo, hizo que Ludmila se pusiera en su posición, para ver que era real. Ella gritó una especie de alarido de sorpresa. “¿Cómo hiciste?”, le preguntó. Hubiera sido más práctico decirle sobre lo que es la perspectiva pero prefirió una explicación más acorde: le dijo que ella heredaba “poderes” de él, por ejemplo hacer desaparecer la luna o taparla con un dedo, pero que no se lo tenía que decir a nadie. Ludmila era muy obediente y por más que al otro dia quiso comentarlo se frenó dos o tres veces, se guardó el secreto que nadie conocía por años. Hoy, ya una madre, Ludmila le dice lo mismo a sus hijos chicos, mientras mira al cielo para que su papá haga un chasquido con los dedos. Y la ilumine.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“La Luna de Ludmila”-Cuento corto. Tradiciones que a veces nacen de la nada y que uno recuerda que le han dicho y se las guarda en la memoria años y años. Los recuerdos son pedacitos de tiempo que solemos guardar. A veces a la luz de la luna.