Feliz, feliz en tu día (del Periodista)...

1 comentarios jueves, 3 de junio de 2010

En Mayo de 1810 las Provincias Unidas del Sud, nombre original del acta, rompían relación con el virreinato español dando así comienzo a la Revolución que fue el primer intento por separar los ideales ajenos e impuestos, por algo un poco más criollo aunque no exento de seguir mirando otros países “protectores”.


Desde que el mundo es mundo cada gobierno intentó tener una voz oficial en donde expresar sus logros y objetivos. La Primera junta presidida por Cornelio Saavedra tampoco escapó a eso, sabiendo la influencia que una palabra independiente (de voces opositoras) tenía sobre la población. O en realidad sobre los que sabían leer, porque en aquel momento era todo un lujo intelectual un folletín y su lectura. Se le encargó a Mariano Moreno, uno de los puntales de la Revolución, que realizara una publicación que marcara la nueva etapa independentista. La llamó “La Gazeta de Buenos Aires”.


El llamado día del Periodista se instituyó recién en 1938. Se hizo un Congreso Nacional de Periodistas y allí se fijó como fecha el 7 de junio, día de salida del primer número de “La Gazeta”. Fue también un homenaje al primer medio gráfico dentro de ideales libertarios.


Personalmente creo que el pluralismo se da con el ejercicio y no simplemente por crear un medio gráfico en sí, y siempre dependiendo de dos cosas: el contenido profesional y humano de la publicación, y en segundo lugar….el dinero. Si el medio tiene la suerte de poseerlo, es posible que las ideas expresadas lleguen más rápidamente. Aunque lo que se diga es fundamental: un millón de ejemplares de un montón de nada no suele ser atractivo aunque lo regalaran.


La irrupción de nuevas tecnologías allanó en mucho el camino, pero imaginar hace 200 años a cuatro o cinco personas queriendo hacer realidad un medio, suponía una epopeya también revolucionaria.


Ser Periodista es también “Ser” frente a la vida, una actitud. Con las crisis permanentes varios arrojaron y arrojarán su ética al tacho en nombre de un puesto y de sobrevivir. El dilema de la vocación y sus ideales se enfrenta a la necesidad humana de comer en primer lugar y luego progresar, una escala de prioridades que se hace evidente desde el momento en que decidimos qué carrera seguir, ya que no se hace para pasar el tiempo sino para vivir de ahí en más, o eso se supone.


Excede la profesión, cualquiera fuera, pensar en trabajar con libertad. Porque empieza por la conciencia de cada uno. Los primeros límites están ahí y eso condiciona todo lo demás, en donde lo externo empuja a la formación. Uno termina siendo lo que el lugar de trabajo va llevando a que seamos. Detenerse a ver eso y enfrentarlo supongo que es una cuestión de experiencia y más que nada de decisión.


Cada vez hay más medios independientes (del dinero sobretodo), pequeños, embarcados en el sueño de hacer posible lo que creen. Es invalorable como hecho y en general no valorado por ojos ajenos. La profesión es una invitación a ejercerla parado en cualquier esquina. Porque consiste en la claridad de un pensamiento intentando expresarlo de la mejor forma. Nada más ni nada menos. Lo que diferencia es la formación a partir de los estudios y saber qué se debe hacer y qué cosas son evitables. La objetividad es materia inevitable.


Una persona en la calle opinando sobre fútbol por ejemplo, puede no ser objetiva ni tendría que plantearse desde lo técnico serlo. Un profesional se supone que si. Y digo se supone porque las corrientes de pensamientos ante lo teórico son como tsunamis en este punto. Uno estudia sin dejar de ser uno mismo frente a algo, y eso se lleva no como carga sino como cosa aprendida fuera de la Facultad.


Como sea, el pararse frente a un hecho y describirlo, parte antes que todo desde la libertad de conciencia. Donde la objetividad y subjetividad se pelean por prevalecer.


Uno desea más trabajo, siendo egoísta. El que lee querrá más trabajo, y mejor, para lo suyo, y así todos. La profesión está condicionada por su presente, bastante fragmentado, con medios grandes y pequeños funcionando como islas en donde entrar se vuelve tarea imposible. Alguno podrá pensar que es reflejo del momento del país, yo también lo creo. Aunque es la profesión la que un poco lleva a eso.

Para todos los Periodistas, un muy buen día. Hoy alguno nos recordará que es el día, pero mañana hay que seguir. Y más allá del festejo no dejamos de ser aquel camino que transitamos. Eso es ser persona. Y Periodista.
read more “Feliz, feliz en tu día (del Periodista)...”