"Sus ojos" -Cuento corto-

De nuevo esa sensación horrible. El escritor notaba cómo otra vez se le empezaba a nublar la vista y frente a la mesa se tomó la cara con ambas manos. Se sentó. Escribió casi a ciegas, sólo percibiendo las letras y recordando lo que pensaba. Dejó caer el presente y luego sus pesares. Redactó que ya no podía ver bien a pesar de siempre tener una vista excelente, pero que desde hacía dos meses todas las noches dejaba de ver nítido y en la parte de arriba de la vista había algo que le molestaba. Que pensaba era el final de él. Que hacía 20 años no lloraba. Que nació para escribir y sin su arma se iba a sentir inútil. Recordó a sus tres amigos de la infancia, quienes leían a escondidas de los padres los libros “de grandes”. El escritor tiene la real sensación de puntapié de inicio en aquellos libros leídos por los tres, sentados en el piso y en voz alta. Escribió sobre su madurez, teñida de cierta nostalgia presente (vaya ironía) en casi todas sus novelas. Se permitía sentirse preso orgulloso de cierta época que no ha vuelto. Escribió que tuvo hijos pero no esposa, que ella se fue junto a aquel viajante de comercio tan odiable. Que no la extraña porque se crió junto a la soledad. El escritor veía cada vez más nublado. Cerró con lo que le generaba una mujer que conoció, como unas nuevas ganas de vivir, algo que no podía explicar y que le pesaba. Terminó el texto firmando al pie de la hoja. Se levantó y miró hacia el frente. Dos enormes lágrimas cayeron de sus ojos, le ardieron. El amor lo hizo llorar luego de 20 años y dos meses. Una lágrima cayó en la mesa y la otra en la hoja, al lado de su firma. Enseguida empezó a ver mejor. Al otro dia se sentó a escribir la historia de un hombre enamorado con lágrimas de miedo, que ante el amor temblaba. Nadie sabría que hablaba de él. Y nadie sabe, en realidad, lo que las lágrimas pesan.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Sus ojos”-Cuento corto. La musa inspiradora del escritor a veces no es una mujer, sino lo que le genera, y cómo intenta ver más allá de sus cuestiones aquello que le sirve para expresar. A veces con lágrimas.