"Melodía" -cuento corto-

¿Dónde había oído esa canción?. Daniel ya parecía un loco intentando recordar de dónde le surgió hacía tres noches tararear algo. Era una canción que oyó de pasada, quizás en la calle o de la radio en su casa. Vivir en Trenque Lauquen reduce la cantidad de lugares para ir a preguntar. Fue a la única disquería grande y le cantó la melodía al empleado, que lo miró con cara de susto y los ojos bien abiertos. No sabía tampoco si era en castellano o en inglés, recordaba sólo una parte en piano, le había gustado de verdad. Buscó por internet los nuevos temas en las radios pero descubrió que la música en la web es para quienes saben qué buscar y lo encuentran. Es imposible sin datos. La melodía en una persona se pega, no la deja y gana por cansancio. Daniel estaba cansado de que le guste y encima no sabía ni el nombre. A los diez días, en la sala de espera del dentista y detrás del ruido del torno, la música funcional le dio una mano. Y sonó clara la melodía. Se puso de pie con los brazos en alto y fue a la secretaria. Ella le dijo que la música la ponía el médico desde el consultorio. Cuando le tocó su turno Daniel le contó toda la historia. El hombre se rió, ambos rieron. Y le dijo que la música era de un compacto de su hermana que cantaba tangos. Algunas de las canciones las pasaron por la radio local y seguramente Daniel allí la oyó. Preguntó cómo se llamaba la canción: “Un rosal”. Consiguió el compacto y le pareció muy bueno. Al mes y medio ya la melodía le había cansado, pero no podía dejar de oírla. La letra decía “un rosal tiene dos caras, el destino acaricia y pincha, la noche en la sombra te confunde”. Daniel de Trenque Lauquen aun escucha esa canción. O la canción ya lo escucha a él, le ganó de cansancio. Y lo acaricia todas las noches hasta que se duerme.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Melodía”-Cuento corto. La música que forma la banda de sonido de nuestras vidas es siempre extraña en sus formas. Se pega, se queda. Algo nos gusta de una canción y no podemos ignorarla, a veces nos identifica, otras veces representa momentos. Nos gana, nomás, por cansancio. Del lindo.