"La firma en tus ojos" -Cuento corto-

Le dijo que no la conocía. Que no entendía por qué lloraba si todo estaba bien. Que sentía que ninguno de los dos podía hablar y por eso había que calmarse. Le preguntó por las personas que vio, haciendo ruido todo el tiempo con gestos ampulosos. Que de noche tenía frio, a ver si lo podía solucionar. Le confió que tuvo miedo al principio, que despertarse a la mañana es parecido a abrir una canilla y que el mundo salga por ella sin control. Que tiene la fórmula de la felicidad cuando algo molesta: darse vuelta hacia un costado y cambiar la visión. Pudo decirle que avisara a quienes vinieran que es inútil hablarle a veces, a la gente aun no la comprende. Que siente calor en las manos, una energía que lo hace moverse siempre. Que en el rato que estuvo ahí, en un momento lo dejaron junto a una mujer que no conocía y que luego llegó ella. Le volvió a decir que no llorara aunque se guardó comentarle que le gustaban sus caricias. La dejó tranquila por la noche, ambos descansaron. Al otro dia por la mañana la miró nuevamente, casi frente a frente. Y le dijo que sus ojos de mujer sellarán un pacto eterno con él. Ambos jurarán entenderse de ahí en más sin una sola palabra. Ella le dio un beso. Él se acomodó en su pecho y se durmió.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“La firma en tus ojos”-Cuento corto. No soy padre pero debe ser una sensación indescriptible, al igual que ser madre. Y un gran efecto de los afectos, que se ven sacudidos. Pasarán a importar otras cosas, y en el otro ya podremos ver en sus ojos qué sigue más allá de nuestro presente.