."Me acaricia".

Ojalá lo hubieran visto. Era un gran cerro tapizado de pequeñas flores blancas, mezcladas con las matas verdes del suelo, en perfecto desorden cultivado por el destino. Parecía haber una huella para no pisar nada de esa especie de cuadro pintado del que uno era protagonista. Fui mirando a mi alrededor y las flores eran como un colchón formando una sola superficie, de un lado y del otro de mi. En la cima del cerro el sol me encandiló y miré hacia un costado. Y había, entre todas, una Flor. Especial. Luminosa. Rebelde. Sensible. Dolida. Deseable. Generosa. Hermosamente terca. Inocente. Presente. Y la vi para que me viera. En aquel cerro tapizado de pequeñas flores blancas ella vio a alguien en un camino, a alguien que la quiere por sobre todas. Me eligió, no la elegí. Y soy desde ahí, también ella en ese cerro. Ojalá lo hubieran visto.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

Pensamientos que nacen cuando cae la noche.