"El dia de descanso" -Cuento corto-

El sol tiene cuatro puertas, custodiadas por Ángeles. Ellos no se queman. Porque el sol irradia hacia afuera su calor y no hacia adentro, entonces se vuelve un lugar habitable. Pero allí no hay nadie, los cuatro Ángeles se divierten porque la tarea de custodiar un lugar solitario los aburre. A veces se arremangan y juegan al fútbol o al básquet, un dos contra dos. Una noche, la séptima del mes de abril, un ruido en la reja de la segunda puerta sobresalta al Ángel custodio. Se levanta sin vestirse porque siempre lo está, y va hacia ahí. Ve a un hombre con las dos manos intentando abrir el candado de la reja. El Ángel le dice ¿qué está haciendo?. “Quiero entrar, soy un Ángel”. Ambos se miraron desconfiados de arriba hacia abajo pero lo eran. Se saludaron y el nuevo visitante le pidió entrar. La orden de Dios es que nadie entre, le dijo. “Pero soy un Ángel como vos, dejame pasar, ¿qué puede ocurrirme?”. Le insistió tanto que hasta le dio pena. Fue a buscar la llave, oxidada porque jamás se había usado, y los otros Ángeles se levantaron para poder ver esa puerta abrirse por primera vez. Pasó primero el Angel nuevo y detrás los otros cuatro. Caminaron por una especie de bosque sin mucho verde, gris. Escuchaban sus propios pasos cada vez más fuertes. Ven a lo lejos una fuente de luz. Era el centro del sol. Los cinco abren los ojos bien grandes, nunca nadie había llegado allí. La luz salía de una especie de vertiente, el Ángel nuevo se adelantó y con una mano abierta hizo que la luz fuera como un rayo hacia él. De pronto todo se oscureció y los cuatro Ángeles se asustaron. Corrieron en todas direcciones, gritaban, no se podían ubicar. Dios miró todo desde arriba, sentado. Alguien entró y se llevó en su mano toda la verdad del mundo, que ya no sería de nadie como hasta ahora. Lo lamentó esa séptima noche, aunque descansó. Miró el horizonte, no estaba en él solucionarlo. Dios también reza. Y rezó por él mismo.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“El dia de descanso”-Cuento corto. No quiero pensar que Dios descansó el séptimo dia, sino que tuvo el doble de actividad. Que el sol es su lugar y que siempre anda por ahí, viéndonos.