."Allá estás, nena".

El horizonte es una línea infinita cuando me pongo a mirar y pensarte en ella. Lugar donde el cielo y cierto mar incierto dicen que se juntan. Pero quisiera alguna vez dejar de mirarlo para sólo tenerte cerca y te lo voy a confesar, total no nos escucha nadie: una vez intenté llegar al final de la línea del horizonte. No lo hice nadando, ni con un barco, ni con un avión. Hará tres semanas intenté llegar empujado por mi alma hacia la tuya. Y grande fue la sorpresa: en el agua estabas reflejada, imitando a la luna en su belleza. Me fui con mi alma sin hacer ruido. Cerca de la línea infinita que sé, ahora es tuya en mi horizonte.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

Pensamientos que nacen cuando cae la noche.