Lo que hay detrás de la puerta: exigir el doble y exigirse el doble


En los test que en general las empresas usan para descartar o elegir a su personal, suele darse valor positivo a quien puede resolver situaciones a partir del manejo y la solución aplicable correcta. Rapidez, eficacia, inteligencia y sentido común, son cuestiones positivas y valoradas por el encargado de Relaciones humanas a la hora de quedarse con quien formará parte de una compañía o empresa.

A veces de la realidad hipotética de las pruebas hay una gran diferencia cuando se quiere aplicar efectivamente algo. Porque los imponderables, lo humano, condiciona a veces respuestas a planteos y allí comienza algo no menos importante: el saber ceder posiciones.

Y esto no es menor en un mundo en el cual…los invito a pensar mientras esto leen, quiénes a lo largo de su vida les inculcaron lo de aprender a ceder en pos de una solución en común, en el terreno que fuera…un coro de grillos seguramente escucharía!!!. Porque pocas personas nos enseñan eso, y se aprende a obedecer o no obedecer, según la circunstancia. Lo cual no está mal, pero eso que nuestros padres decían que era “la lección” a aprender, bien podría haberse enseñado para no cometer el error que derive en “la lección”.

El más claro ejemplo desde lo laboral es el trabajo en grupo. Si no se definen de entrada los roles de cada uno, es posible que si llegan las cosas a buen puerto, sea sufriendo y con desequilibrios. Sobretodo en los que creen haber hecho las cosas bien mientras veían que otros no. Esto se agudiza cuando en un grupo todos son nuevos empleados, que sin un orden del líder no tardarán los reproches en aparecer.

Como el sueño que llega cuando uno está muy cansado, el desorden se apodera de todo si no hay reglas. Buena oportunidad para nuestros superiores en que vean de qué se está hecho..la pena es que los tiempos no los maneja uno y entonces hay que actuar casi de improviso, es que de ver reacciones se trata.
Conozco un caso puntual de un familiar en una empresa, en que se “creó” un falso problema para testear las reacciones de cada uno de los empleados…con resultados desastrosos!!!. Bajo presión es diferente el análisis y la búsqueda de soluciones.

El clima armonioso lo genera un orden de realización de trabajo tanto o más armonioso. En la que se vea igual reparto de tareas y plazos. Así se generan menos rispideces a la hora de exigir que se cumplan pautas.
Puede exigir quien se sabe capaz de realizar lo pedido.

Siempre y cuando invada todo ámbito aquello que no abunda: el sentido común.
Con una pizca en cada decisión nos alcanza.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

Nota publicada en www.diarioficcte.com.ar