"Gestos" -Cuento corto-

Un pequeño escalón solía ser un mundo para Juan Carlos. Porque como le dolía la rodilla usaba siempre la pierna contraria para que le moleste menos, y tenía que andar pensando ante los escalones qué pierna usar primero para subir. El Registro civil estaba algo distinto que hace seis años, cuando fue el casamiento de su otra hija. Pero se casaba esta vez Renata. La que creyó nunca se casaría, la última en ubicar. Veía a los invitados, la mayoría jóvenes vestidos entre informales e irrespetuosos, según su parecer. “Vienen o van para algún carnaval”, pensó mientras miraba la inexplicable pollera con flecos de una amiga del novio. Justamente el novio, al que mucho cariño no le tenía porque cuando se presentaron se lo quedó mirando sin decirle nada y Juan Carlos fue el que estiró la mano. Ese hecho le parecía decisivo: no tiene personalidad. Lo sentenció. Mucha gente de pie, pocas sillas. El saco incómodo, la Jueza hace su show, habla mucho. Todos aplauden el beso antes de la firma, y la firma que trajo otro beso. La gente sale toda junta de un lugar pequeño, siempre. Se puso en un costado y vio cómo les tiraban arroz, no como lluvia sino más bien a los ojos. Lo saludaron todos, la mayoría no los conocía de ningún lado pero serían compañeros de oficina de la hija, dedujo. Lo llamaron para las fotos, salió sonriente y con la hija una foto especial, mirándose. Tras casi dos horas se están por ir y le faltaba su peor rival, el escalón. Cuando lo va a hacer siente un brazo que lo sostiene del lado derecho. Mira y es el novio de la hija. “¿Lo ayudo?” dijo el chico, mientras ofrecía el brazo y la mano. Juan Carlos aceptó que lo ayuden. Juan Carlos aceptó al chico.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Gestos”-Cuento corto. La posibilidad a diario de hacer algo que le pueda servir al otro y hasta modificarle un punto de vista. A veces, con sólo ofrecer una mano.