."El tiempo y la paciencia".

Una vez al mes llega el impuesto al tiempo. Puntual, el cartero lo deja en el buzón de mi casa y yo lo encuentro entre facturas de luz, gas y el resúmen de la tarjeta. Me pongo feliz si a dia 16 o 17 no llega, porque quiere decir que ya no tendría que pagar más ese tiempo que no es mio ni de ella. Es del destino. Pero parece haberse encariñado con el destinatario y siempre está. La fecha a pagar es a finales de mes, cuando uno hace la cuenta de cuánto pesa en esta tierra esa especie de condena al amor: eso es la espera. Cuando pago no me quejo, si por premio el mes que fuera, el cartero pasa y deja otras facturas fuleras. Pero no la del tiempo. Ojalá pronto suceda que cuando ella lo quiera ya no pague por mi espera. Y el tiempo no sea condena.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

Pensamientos que nacen cuando cae la noche.