."Objeto envidiado".

La brújula es un reloj en equilibrio. Retrocede si camino en sentido contrario, avanza si me guío por el punto señalado a veces fijo, que es uno mismo. Cierto es lo que marca cuando detenemos el paso, giramos buscando un norte, el reflejo de un rio, la posición de la estrella que hemos aprendido. Solemos descansar en su precisión, hacemos caso porque es infalible, cardinal y previsible. La guardamos cuando nos dice qué hacer y resuelto, el camino está dado. En un mundo subjetivo y descarnado la brújula es un reloj en equilibrio. Al que todos le hacen caso.

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