"Primer trabajo" -Cuento corto-

“Muy bien…quédese quieto…no respire”. Los radiólogos están condenados a repetir la frase todos los días, pensó Mauro mientras se iba poniendo de nuevo la camisa. No debe haber lugar más frio que una sala de rayos, y apoyarse sobre el metal es directamente una tortura. La empresa, su nuevo trabajo, le exigía a Mauro una revisación general asi que se hizo el chequeo en diferentes lugares. Se había ido a sacar sangre, ahora terminaba la radiografía de tórax, y seguía la consulta al médico clínico. La sala de espera era tan pequeña que tenía que juntar un poco los hombros para no molestar a la persona sentada al lado, en esas sillas perfectas pero para niños, casi. Finalmente le toca y mira el reloj antes de entrar, calculando salir en 10 minutos. Tardó 16. Se tomó un taxi hasta su casa, cenó y se fue a dormir pensando en que no debía quedarse con el sueño profundo. Se despertó al otro dia cinco minutos antes que sonara el reloj. El traje le ajustaba un poco, se miró de costado en el espejo a ver si los botones estaban en el ojal que le correspondía (siempre erraba). Salió sin esperar nada porque de lo que vendría, nada sabía. Llegó a la puerta de su trabajo y se abrió sola, esas con sensores. Saludó con algo de simpatía a una secretaria que lo miró y lo analizó, de arriba abajo. Le dijo que pasara, que lo estaban esperando. Abrió una puerta de madera, dudó si pasar o tocar, entró directamente. Unas veinte personas se pusieron de pie y Mauro pasó en silencio eterno hasta la punta de la mesa, a su silla. Pudo sentir que lo miraban todos y tembló. Empezó en el mismo lugar un nuevo trabajo. Desde hoy es jefe.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Primer trabajo”-Cuento corto. Todo inicio tiene su cuota de nervios y el empleado que pasa a ser jefe también sufre de eso, aun sentándose en la silla que todos quieren.