"Sentimiento con riqueza" -Cuento corto-

La teoría del disfrute. Un hombre sueña que es feliz si aquello que quiere apareciera, lo aferrara para que no se vaya y de allí él se encargaba. Afectos, cosas materiales, momentos plenos de su infancia entera, muchos buenos conocidos, el patio de casa de su abuela. Aquel viaje de egresados, la luna de miel con ella en Iguazú y en la frontera. Dos compañeros de oficina, no la oficina entera. Un hombre al que veía en la boca del subte y le daba monedas. El chico del maxikiosco, el tapicero de la vuelta, la señora de la panaderia: gente que le caía bien y quería aferrar de cualquier manera. El amor de su vida, que conoció dando la vuelta en Lezama un sábado de primavera. Por lo noche lo pidió, pero Dios no concedió. Le dijo que no podía darle lo que él quisiera. Que todo lo que se aferra no es querer tener cosas, más bien es tener cerca, por desconfiar en que se vaya y no por soñar tenerlas. Todo esto se lo dijo mientras iban caminando por Lezama a su chica, que lo abrazó y por lo bajo, le dijo algo asi como “Tranquilo: yo te amo”. El hombre se aferró al presente de su amor. Y con ella caminó. Y disfrutó.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Sentimiento con riqueza”-Cuento corto. Nada aferrado tiene gusto a obtenido, más bien agarrado con chinches. Cosas del pasado, nombres infalibles que ocupan nuestro espacio. Deberíamos saber qué tanto uno ha dado para tener el presente que se supone, ganamos.