"Arena" -Cuento corto-

Todos los días Andrés cuando se levantaba iba hasta el cuartito, buscaba el escobillón y la pala de plástico y barría su habitación frenéticamente. Debajo de la cama, en aquel rincón cerca de la lámpara, bajo la ventana, detrás del televisor. Juntaba mucha arena y terminaba poniendo todo en una bolsa que cuando salía, dejaba colgada en su canasto de residuos. Lo hacía tan mecánicamente que ya era como desayunar: infaltable. Una vez, un día, recuerda que no lo hizo. Miró por la ventana abierta de su cuarto y vio al sol tan rojo que se asustó. De noche el sol se hizo luna. Miró el piso y estaba limpio, sin arena. Comprendió que era un eclipse. Pero salvo esa vez, Andrés no se recuerda no limpiando de arena su cuarto. Se viste mientras por la ventana el viento en forma de brisa comienza a llenar de arena fina otra vez todo. Cierra y termina de arreglarse. Se pone el saco, se mira al espejo, se acomoda la camisa, se ve de perfil. Llega a la puerta y se da vuelta para comprobar que la llave de gas está cerrada en la cocina. Siempre lo está. Apaga la luz, sale. Tiene que bajar la vista ante tanta claridad, con dificultad cierra la puerta. De frente a la vereda se pone sus anteojos negros para no insolarse. Y sale a trabajar, como todos los días, desde el desierto en el que vive. Su desierto.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Arena”-Cuento corto. Basado en el inicio de “Luna Roja”, una canción de Soda Stereo. “Él salió y dejó la casa vacía/Se entregó al suave aire del desierto/Entonces la vio/ La luna roja sobre el mar negro”. Me imaginé un hombre intentando sacar arena de su casa antes de irse a trabajar.