Esperando -Cuento corto-

El que quiere cerrar bien la canilla que no es suya y la rompe. El que quiere enderezar un cuadro en casa ajena y se cae. El que intenta abrir una botella delante de todos y no puede. El que cree que dejando pasar gente en el ascensor vendrá enseguida otro, y justo paran de andar. El que deja pasar a alguien primero al kiosco y compra justo el último chocolate que uno quería. El que después de dejar sentar a todas las mujeres posibles en el colectivo finalmente le toca. Treinta segundos, porque sube una embarazada. El que pisa las flores de la abuela, queriendo espantar una abeja. El que compra de sorpresa la docena de facturas, justo las que a nadie les gusta. El que da diez pesos para recibir cambio. Y sale once. El que ve dos taxis pegados y decide tomar el de atrás, quien hace señas de que no toma pasajeros. El que cansado de ser perseguido por cierto ingrato destino, se va a un bar de Talcahuano. Pide un café, el mozo tarda, no trae la cuchara, no dice nada, resignado. Le pone azúcar, mira al costado. La ve a ella, como un espejo donde refleja su total cara de frustrado. Se acerca, se hace querer. Aun lo recuerdan, pasaron seis años. Agradece amando la fortuna de haberla encontrado.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Esperando”-Cuento corto. No hay ruta ni es un calvario. Es un empezar todos los días. Y uno se va acostumbrando.