"La figura blanca" -Cuento corto-

Tu cara está de frente al sol y por alguna razón sé que no sos de este lugar, que me hacés sentir que yo tampoco lo soy pero que estar juntos hace que lo veamos familiar. Estoy por amor hermosamente obligado a mirar hacia donde vos lo hacés, para ver cómo el sol se pierde en tus labios, lo que me hace feliz y privilegiado. Cuando se va el sol me decis que tenés frio y te cubro con un par de nubes pasajeras, que bajo del cielo a tu cielo. Te veo avanzar hacia cierto horizonte que no veo pero siento, que empezás un fuego con la mirada y una flota de barcos aparecen para luego irse bajo el fuego, bajo sus llamas respetuosas pero grandes, de la tarde haciendo el dia. Y vuelve el frio. Y nos damos vuelta para irnos, y caminamos descalzos. Algún camino que no es del hombre debemos seguir cuando hay silencio en el rumbo, con indicaciones ajenas, contrarias. Me mirás llorar por vos. Te reís para que me rias, me secás las lágrimas con tu alma, me prometés lo que no me decis. Alejándonos volvimos al punto de partida, el horizonte imaginado y ahora una casa, tu casa donde estamos. Inundada de azul, inocente en terciopelo siento que estoy rezando en tu templo, que esa es la casa de mis sueños. Volvés a tener frio y yo te doy mi capa, me das la mano y me agradecés con lágrimas mias que ahora derramás por mi. Te admiro sin saber si irme para contarlo, si quedarme para que dejarme absorber por tu energía que ya es mia. Si vivir con vos y para vos. Sabés lo que voy a elegir y te das vuelta, tu pelo largo gira dos segundos enteros luego. Y voy a mirarte, camino hacia lo que llamamos adelante. Que son mis ojos que guiaste. Hasta donde caigo, rendido, para amarte.