"Sólo dos, dos solos" -CC-



Le dijo que era hermosa. Le dijo que le parecía muy humana cuando opinaba de cosas suyas, que sentía que lo contenía y respetaba. Una noche le confesó por el chat sus problemas no resueltos, sus miedos paralizantes, sus ganas de ser otro. Un día combinaron el horario y se vieron por la web cam. Se saludaron como dos nenes felices por vez primera de mirarse en movimiento.






Se habían intercambiado fotos pero cuando ocurre eso uno manda la mejor que tiene, que no siempre es lo real que uno es. Él acomodó los objetos de la pared un minuto antes, para que parezca de fondo todo ordenado. Ella antes de conectarse se arregló el pelo y se levantó las pestañas con dos dedos para que tuvieran más curva. Fueron veinte minutos hasta que él decidió apurar el fin para no quedar como pesado.






Se pidieron permiso mutuamente y comenzaron a mandarse mails. Contaban cosas cotidianas y pasaron a las más profundas de cada uno, las opiniones que no se hacen públicas a veces ni frente al espejo. Se tuvieron confianza. Ambos eran felices sabiendo que un correo electrónico los esperaba a diario.






Intercambiaron números de celular. Se mandaban sólo mensajes de texto hasta que quedaron a los tres días en encontrarse, finalmente. Lavalle y San Martín. Cinco y media de la tarde. Él se pone cerca de una pared para poder verla llegar. Ella hace que mira una vidriera para verlo a él primero. Cinco minutos después los dos van a la esquina.






Se miran a los ojos, se saludan, se toman de los brazos. Se quedan un segundo reconociéndose. Pero ella baja la cabeza. Él le levanta la cara con su mano y la mira con ternura. Sintió que no era suya, que se lo decía con los ojos de alguna manera.






Se puso triste y ambos se alejaron. Dos personas enamoradas. Pero del camino más que de la meta. De internet, más que del encuentro.






A la noche volvieron a hablarse por el chat. Debatieron qué era ser feliz. Si estar enamorado o saber ocupar el tiempo. Y ambos aun no logran saberlo.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

No es un cliché: estamos cada vez más lejos de la gente y la tecnología cada vez más cerca de nosotros. El arte es combinar ambas cosas. Para variar, siempre todo queda en nosotros.