."Lección florida".

Una vez me rechazaron un ramo de flores entero. La mortal sensación de caminar y que todos estuvieran viendo, que las llevaba para abajo con cara de desconsuelo. Llegué enseguida a casa y con papel y todo fueron, a dar las 12 flores con agua a su florero. Pasaron 15 minutos y volví para mirarlas, me parecían aun más tristes y dos o tres marchitadas. Las volví a sacar a la calle, el ramo chorreaba agua. Dije “yo asi las regalo a la primera dama que pasa”. Acertó ser Adelina, la señora del ferretero, que me miró algo extrañada: “esto es por lo que debo”. La vi a Adelina alejarse oliendo las flores del ramo. Sentí tarea cumplida, a alguien le había importado mi ramo de flores rojas, en principio rechazado. Nunca más regalo flores a quien no sabe apreciarlo.

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