"Himno" -Cuento corto-

Un hombre estaba concentrado en un papel algo amarillo y apenas escrito puesto sobre una mesa vieja. Bastante vieja. Reparé en el detalle porque al apoyarse debía hacer equilibrio con sus brazos de lo chueca que estaba. Me fui acercando y el hombre, un señor alto y canoso, seguía mirando el papel. En su mano izquierda una lapicera fuente de la misma edad que todo el entorno y sobre el papel en punta, como esos escritores que garabatean cuando nada les nace. Me presenté, me miró por sobre sus anteojos, se incorporó, se mostró amable. Respiró hondo y se rascó la cabeza. Unos tres eternos segundos de reflexión y me dijo que lo fuera a ver en dos días. Regresé sin mucha esperanza, debo decir. Puse en sus manos la tarea de rearmar un pasado. O de armarlo mejor de lo que estaba. Reescribió una carta de amor a mi pedido. Quería que fuera épica. “Nada de lo que piense será eterno, si la razón por la que soy está frente a mis ojos. Imposible jurar eternidad, no existe el tiempo. La devoción es parecida a lo que siento. Pero no alcanza. Como escalones a tu cielo. Al que sigo subiendo”. Me fui con mi carta feliz y creyéndome escritor. Egoísta, doblé la hoja sin mirar para agradecer. Todo empezó de nuevo. Y el hombre siguió escribiendo.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Himno”-Cuento corto. La teoría incumplida de querer arreglar los errores del pasado. Los propios y los que ajenos provocaron. Al ritmo de un himno en una carta. Y comprobarlo.