."Alegria".


No se compra, pero se consigue. Cuando ayer me enteré que te vieron corrí enseguida adonde me dijeron, estabas. Pero el lugar lleno de gente no me ayudó. Caminé por el costado de la vereda, pegado al cordón, asi veía un poco más lejos. Entre el tumulto de personas que buscaban lo mismo que yo, casi inclinados en el suelo, una sola persona miraba de pie, con la espalda derecha. Me acerqué y ella también, mientras todos buscaban sin verla. Tenía puesto lo que no había imaginado, vestido azul de tela, pelo atado, alma suelta. Parecida a nada, nada se parece a ella. Le di la mano, encontré la suya. Y caminé su estrella.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

Pensamientos que nacen cuando cae la noche.