"Miradas subterráneas" -Cuento corto-

Se miró en el reflejo del vidrio de la puerta del subte antes de bajar. Acomodó un poco su pelo y ya en el andén volvió a ponerse la cartera al hombro. Pero sólo estaba la correa. Miró al piso y comprendió que no se había desprendido, volvió a mirar el vagón de donde había bajado y un hombre sonreía mientras la puerta se cerraba, hubo un cruce de miradas de cinco segundos. Avanzó sin pensarlo y golpeó la puerta de metal pero el subte de todos modos arrancó. Buscó policías pero estaban en el otro extremo del andén. Se fijó si había cámaras pero no tuvo suerte, no las había. Resignada, Noelia miró al techo y pensó “que le aproveche”. En todo el dia no pudo olvidar esa cara que sonreía desde el vagón. A los diez días, ve su carnet del club GEBA en la boletería. Le dicen que eso y una cartera están en la oficina de objetos perdidos. Cuando llega, ve lo suyo dentro de una caja de cartón. Se fija en la cartera y estaba intacta, dinero, documentos, agenda, monedas. También un papel pequeño que decía “le pido disculpas, devuelvo las cosas como estaban. Me quedo con su mirada”. Desde aquel dia Noelia viaja en otro vagón y con otra cartera más segura. Y sus ojos como custodia de ladrones de miradas.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Miradas subterráneas”-Cuento corto. Pasajera y ladrón, de los de antes. Una mirada, arrepentimiento y la versión bajo tierra de la culpa al por mayor.