"La casa" -Cuento corto-

No me gustan las veredas hechas con ladrillos. Al poco tiempo se desgastan. Las casas con entradas de vehículos hacia abajo, de profundidad, mucho menos. Da la impresión de casa-túnel. Los cestos de basura colgando de los postes de luz con un clavito: muy feos. Prefiero un metal común y silvestre. Me gusta que las ventanas que dan a la calle estén pegadas a la puerta asi uno espía, a ver quién es antes de abrir. La alfombrita para sacarse el barro de los zapatos tiene que estar afuera y a lo sumo el trapo de piso adentro. Nunca al revés. Una casa tiene portón de reja y un caminito hasta la puerta con jardín en los costados, algún rosal o la planta de aloe vera. En la cocina tazas grandes, de mango ancho, como para poder agarrar y sentir el calor de lo que se toma con las dos manos. Una mesa redonda, un espacio para apoyar las cosas del dia. Y no olvidarlas. Si hay escalera, que sea con pasamanos en ambos lados. Con las habitaciones no hay problema. Uno se acostumbra o no a ellas, pero de todas formas se está. Me gustan los baños grandes, con el espejo enmarcado en madera. Una vez viajé en barco y el mejor lugar, por amplio, era el baño. Lo último: quiero una pared blanca. Sin nada colgado, ni un clavo. Que sea el espacio para ambos cuando la realidad nos haga estar pensando, más que soñando. Estas son las exigencias. Para que mi corazón se mude a tu planeta.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“La casa”-Cuento corto. El deseo de habitarla. El deseo que fuera cierta.