"Eterna" -Prosa-

Una mano dentro de otra mano
que se deja llevar por un ritmo
ajeno a mi, quien ejerce el poder
tiene la velocidad, las riendas
en esas manos firmes, tan suyas y mias.
No me ve desde abajo con mis intrigas, no desea
saber de mi porque ya decidió qué color tendrá
el sol de la tarde en mis ojos.
Ritmo acelerado, de viento cruzado
que hace de los oídos un solo bloque,
imparable, constante, decidido.
No lucho contra eso, me dejo ganar por
esa derrota de los sentidos, de lo que no sé qué es.
Veo con ojos de tarde algo blanco cortando la pared azul.
El motivo del viento, la razón de mi mano dentro de la mano.
Tengo miedo de acercarme, lo miro con el recelo
de lo que no comprendo,
lo alejo para verlo más cerca.
La mano me suelta. Yo miro el mar.
Miro el motivo desde abajo,
miro a quien ejerce el poder.
Sensato egoísmo de estar
donde a ella le gusta estar.
Y ahora a mi. De la mano.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

Mi abuela me llevaba a Mar del Plata en vacaciones de verano desde chico. A los cinco años me llevó, y lo recuerdo, a la escollera camino al puerto en donde está el Cristo Redentor, una imagen que me dejó muy impactado. Recuerdo la larga caminata de la mano sin saber muy bien hacia donde, lo fuerte que mi abuela me apretaba la mano. Y lo que extraño a veces todo eso.