"40 minutos" -Prosa-

Un ser realista, un hombre escapado de su imagen,
tan ajena a veces que la busca en él cuando ya está en él.
Golpes de fatiga, ritmo aburrido de ojos atascados de luz
en plena noche, queriendo comportarse como le piden.
Sale con rumbo sin saberlo hasta el final, camina llevado
por un instante deseo de ser sal.
Lo mira, lo escucha, abre los ojos apretando los párpados
y queriendo llevarse el fin de su ruido, llevárselo en su alma.
De pronto el día sigue siendo día pero el hombre entra en su noche.
Apaga su queja vencido, bendecido por lo que lo rodea.
No se despierta, sigue ahí, no está en él,
no controla lo que piensa, ni piensa, ni es hombre.
Ni es lo que será, dejará en el ruido y en la sal
todo en un momento. Para sentirse luz.
La imagen volvió cuando dormía y lo encontró.
Feliz de verlo sin ella. Con paz.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

En 2009 tuve la posibilidad de viajar a Necochea sin desear lo que terminó ocurriendo. Tanta paz me trajo ver el mar y ese ruido tenue y lejano, que apoyé la espalda en un poste de luz en la más absoluta soledad de abril, contemplando el espectáculo, y me quedé dormido unos 40 minutos. Por primera vez sentí que me desperté en el exacto momento en que quise. Eso es paz.