"Para Romi"



Le dije de la forma más cobarde que se fuera. Se lo dije mientras soñaba. Cuando vuelve todos los días indefensa, no para atormentarme y yo lo sé. Exijo las cosas mirándola a los ojos, no recuerdo hablar en los sueños, la miro. Porque habíamos logrado encontrar el diccionario de lo que no se dice con palabras, y como su vida, se dio todo vertiginosamente. Nunca sabré si ella se adaptó a mi o yo me adapté a su ritmo, pero es un placer cuando coinciden senderos de palabras no dichas. De miradas. Intenté eso anoche. Decirle que cedo. Que cedo ante el recuerdo, que me rindo, que lo sabe, que no insista, que me comprenda. Le dije sin hablar que no extraño lo que no veo. Extraño lo que vi, lo que sentí, lo que no decidí ver más. Su recuerdo me lo trae ella a mi cabeza todas las noches. No me tortura, dejo que se acomode, que sea a su modo una compañía. Como en los silencios sé, tengo un par de silencios amigos. Le decía que padrino y ahijada era una buena forma de practicar lo impracticable para mi, que sería formar familia. Y ella (sin hablar) me dijo que era un honor ser parte de eso. La volveré a ver esta noche. Y le diré que ella está en algún sitio, y yo sin ella aun no sé donde estoy.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

Texto para mi ahijada Romina, hoy se cumplen seis meses de su partida. Se fue muy rápido y egoístamente, diré que también me fui un poquito. Se lo digo cuando en sueños anda en mi, por ahí.