"Mañana le pregunto" -Cuento corto-

No me habla, no me contesta. Baja la mirada y parece que tiene poder pero conozco esos ojos, es puro teatro. Respira hondo para sentirse seguro y en realidad es la exhalación propia del miedo. Cuando nos agitamos, satisfacción o miedo no se distinguen. Me pone nervioso no saber cómo empezar a preguntarle por él. Tengo dudas cuando lo veo, siento que no es el que me muestra, porque se esfuerza en crear una imagen pero yo no me creo esa imagen. Se calla por estrategia, quizás también porque nada tenga para decir, me voy a anotar esa pregunta para hacerle, y cuál es la diferencia.

Todo lo que sé son suposiciones. Es lo que los demás dicen que es él. Y eso es dejar hablar al mundo sobre uno, en mi opinión demasiado. Espero acepte que crea que su estrategia no le va a resultar en el tiempo. Uno tiene que valerse a partir de sus acciones y no en la detención permanente para fijarse qué tal salieron las cosas: en eso se suele transformar la mirada del otro. Es como ir en un auto y bajarse cada dos cuadras para ver si de afuera todo funciona correctamente.

Para hacerlo feliz, diré también lo que veo de él pero sin adularlo porque no se lo va a terminar creyendo. Estudia los silencios, me di cuenta que mira a la boca de quien le habla, cree en que los gestos dicen todo de uno. Incluso lo que no queremos. Voy a terminar pensando que es peligroso preguntarle cosas. Una idea parecida a la de una pared con muchos cajones y en un cierto orden a veces se me representa cuando lo escucho hablar.

Alguien estructurado debe saber qué es el futuro. El de él, el mio y el de todos. Quiero que me diga qué será de mi vida, ya que parece tan en sintonía con lo que viene. Yo no tengo idea de futuro. Siento que voy avanzando y a la vez borrando el rumbo, que uno camina hacia adelante por inercia, que a veces se deja llevar, que cosas o gente hacen que aceleremos hacia ese lugar que no sé cuál es. Creo en un camino con cierta soledad, querría saber qué dice él, quizás esté de acuerdo o no.

Es tarde, tengo sueño, estoy engripado. Mañana me levantaré temprano y le preguntaré a él todo. Absolutamente todo. Cuando me mire al espejo.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

Inspirado en un viejo tema de Alejandro Lerner, “Confesiones frente al espejo”. Intentar solucionar algo es asumir primero lo inevitable: lo que se tolera, no se cambia. Sabiendo eso, todo está dado para que cambiemos lo que necesitamos.