"El decidido" -Cuento corto-

Un Hombre habla con su Alma y le pide tiempo. Justo tiempo. Lo que el Hombre está cansado de escuchar decir, es lo que termina pidiendo. Es como rogar piedad a punto de ser condenado cuando en voz baja ya no se sabe a qué religión implorar. El Alma acepta que el hombre se tome un momento y no lo aturdirá. Siente que lo atormenta a veces, y de él no logra nada cuando sólo lo ha visto temblar ante un deseo. El Hombre se pone a mirar por una ventana el horizonte tapizado de autos, de ruidos y de gente a lo lejos, intenta concentrarse en un punto fijo. El Alma se queda en un costado de la habitación a media luz. No se oye nada, apenas la respiración del Hombre. Son eternos tres o cuatro minutos hasta que se da vuelta y el Alma se acerca. Le pregunta si ya tiene algo para decirle. El Hombre le dice “Sí, lo tengo decidido: quiero ser feliz”. El Alma le hizo un gesto de aprobación y bajo una luz fuerte, volvieron a ser uno. El Hombre, pedido su tiempo, ha decidido ser feliz, de una vez, con un aliado en su pecho.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“El decidido”-Cuento corto. La posibilidad de pensar que necesitamos una autorización de alguien para ser felices no es real, pero la forma de llegar a nuestro camino cada uno lo hace como puede. Y es su destino.