"Pesada culpa" -Cuento corto-

San Juan y Defensa. Donde San Telmo es de asfalto y también empedrado mezclado. Tobías hace equilibrio en la calle angosta con el viejo bolso en la mano mientras los autos como espiándolo, le pasan cerca pero lento. Llegando a Plaza Dorrego se toma un respiro y mira hacia arriba. Los árboles, el sol de media mañana, los puestos ambulantes de cosas viejas. Su bolso no desentona con el ambiente. Acelera el paso porque la carga ya le pesa un poco. Entra al Mercado subiendo un gastado escalón. La dirección es la correcta, está llegando sin conocer el lugar. Deja el bolso en el piso y relee el papel: cuarto negocio, lado izquierdo. Todos parecen iguales pero va resuelto al cuarto local. Un señor mayor está sentado en una banqueta diez números más chica que su anatomía, con una especie de trofeo en la mano. “Buenos días, ¿usted es el señor López?”. Levanta su vista sin mucho agrado y le dice que sí. “Me llamo Tobías, su dirección figuraba dentro de este bolso que un tio mio tenía entre sus cosas. Él falleció y le traje lo que había. Quizás le interese”. El hombre giró para quedar de frente al bolso, lo miró a Tobías diciendo lo obvio: “Sos joven, vos”. Esos comentarios sin respuesta que casi todos hacemos. Miró el hombre el bolso por fuera, le sintió la textura unos segundos con las manos. Cuando levantó la cabeza Tobías ya no estaba. Lo buscó casi sin interesarle y volvió su vista al bolso. Estaba vacío pero pesaba como si estuviera lleno. El hombre lo cerró y lo dejó en un costado. Quizás Tobías volvería, pensó. Pero pasaron días y noches, el hombre no conciliaba el sueño, le volvía a la mente ese bolso vacío. Una madrugada salió de su casa rumbo al negocio. Vio el bolso abierto, lo cerró. Al intentar levantarlo estaba imposible de alzar con una sola mano. Desde ese día, por las mañanas, se ve a un hombre en su local de antiguedades esperando que un joven vuelva. Y se lleve ese bolso lleno de culpas, de años, que todos los días se va poniendo cada vez más pesado.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Pesada culpa”-Cuento corto. Un joven carga con la culpa de alguien y decide dejársela a otro, quien no sabe cómo afrontar eso que se siente cuando no hacemos algo y nos paraliza, a veces toda una vida, el sólo hecho de tenernos lástima. La culpa suele ser obstinada y entonces suele acompañar al obstinado.