"Mitad y mitad" -Cuento corto-

Los dos hombres apuraban el paso. Se habían encontrado en la esquina y como si se conocieran de toda la vida se saludaron. A mitad de cuadra entraron al Banco. Es de los lugares que invita a quedarse con el aire acondicionado prendido, respiraron aliviados. Parecía hermanos, los dos de traje gris. Sacaron número y se sentaron en las últimas filas. Uno rompió el hielo. “Me llamo Quique. ¿Vos?”. Yo Julio, encantado. Y Julio siguió hablando porque Quique no hablaba. Le dijo que tenía 43 años, que se había separado hace poco y que su hija de 7 años aun intenta pegarle cuando lo ve. Que lo culpa de la separación porque esa idea le metió la madre. Que él no haría algo para dañar a la nena. “¿Cómo se llama la nena?”. Lucía. Le dice a Quique que es hermosa, que ella se rie y él no piensa más en nada, pero que cada vez que va, la nena está nerviosa, se siente mal de verlos asi. “¿Así cómo?”. Separados, le dice Julio. Le confiesa que está triste todo el tiempo, que ya no trabaja con las mismas ganas de antes, que los demás le dicen que debe ir a un psicólogo. Quique escuchó la catarata de información de alguien a quien conoció en la esquina y en 10 minutos le había contado sus pesares. Le preocupaba que no le tocaba nunca el número y a la vez tener que escucharlo a Julio. Por 15 minutos lo veía mover los labios pero dejó de prestarle atención, estaba pendiente de la numeración. “Nos está por tocar el número”, le dice a Julio, interrumpiéndole el monólogo. Ambos se paran y cuando llaman al 59 van a la caja. Uno hace la operación y el otro tapa un poco la visual para que los que están sentados no vean. Con la mampara se ve igual la acción, es la teoría de Julio. Cuando Quique termina con la operación ambos salen casi a la par. Saludan al de seguridad, que les abre la puerta. Apenas salen cada uno se va para distintas esquinas con el dinero repartido en una sola maniobra y casi en mitades iguales. “¿Cómo era tu nombre?”. Julio. “Chau”. Y se va Quique pensando en que Julio es un buen ladrón, pero habla hasta por los codos. Mañana se juntarán en otra esquina. Por las dudas recomiendo sacar número antes que ellos.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Mitad y mitad”-Cuento corto. Una persona con un conflicto va más allá de su tarea, aunque no fuera de las que la mayoría realiza. Tenemos la capacidad de hacer varias cosas a la vez sin dejar de pensar siempre siempre siempre en una sola, que nos molesta o duele, y condiciona todo lo que hagamos. No podemos escapar a la paradoja de ser poderosos frente a algo y pocas veces frente a nosotros mismos.