"Extraña conocida"-Prosa



Destino que no quise. Presencia hipnótica, llena de heridas curadas con olvido. Un trazo gris, uniforme en mirada baja de cansadores días, moviéndonos sin sentir para qué y pensando en llegar para luego irnos. La clave es esa, un lugar sin destino para quien no busca quedarse. Se padece. Se parece. Crea todos los días fotocopias de hojas en blanco, que llenamos con pudor, con vergüenza, con rabia. Es la sede de lo que odiamos, es tan nuestra como los defectos de mi en otros, tiene luz tenue cuando estoy mal, tiene claridad en el aire, que por ella siempre circula. Tiene el bello caos del acostumbramiento, la sorpresa a la inversa, la satisfacción de hacer las cosas bien a pesar de todo. Es imposible estar en ella y verme en otros, o quizás nunca me encontré, con laberintos tan de Cortázar y Borges, de vendedores y puestos de flores. Nadie la conoce del todo, porque cuando hay sol fuerte lo que se refleja corre a esconderse. Se suele estar sin mirar alrededor, se nutre de nuestra presencia fantasmal y ajena para con ella. La definimos sin nosotros dentro, es un objeto a veces, otras un deseo, suele ser un ente con vida propia: la nuestra. Está en los genes, en ciertos locos y en algún perdido que de ella es espejo. Tengo por bien reflejar escribiendo lo que mi barrio dijo, cuando tuvo noticia de su incierto flagelo. Y quiso escapar dejándose atrapar.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

“Extraña conocida”- Prosa. El ser de Buenos Aires sin saber explicarlo, el habitarla sin conocerla ni conocernos. El dulce placer de sabernos dentro y resoplar enojados por estarlo. La contradicción tan presente. En el pasado y en el futuro.