"Segunda sensación" -Prosa-

Conocía, percibía, disfrutaba.
Tenía una alegría por mi tal
que el acto hasta de afuera era mio.
Amaba lo que sentía más que lo que veía.
Era feliz sin impedimentos, comunión entre
deseo y esperanza fundidas sin ser dos.
No había otra cosa más que sentir, sentirme
presente en lo teñido de realidad, contaba las nubes
impunemente, cadencia infantil perpetua.
Y llegó. El motivo de mi emoción
que quema y empuja, de atrás, de adelante.
La alegría se dibujó en un espacio
lentamente de dos, por vez primera.
Una mano se abre para percibir,
se detiene cuando en el aire no se reconoce.
Un silencio y el centro que pasa a ser suelo,
dándome por incapaz satisfecho.
Y un partir de individuo ahí, en dos.
En amor doloroso.

1 comentarios:

Gabriel dijo...

La primera vez que me gustó alguien conscientemente tenía 8 o 9 años. Fue maravilloso, más que nada por la felicidad de sentirme muy raro respecto del resto, un elegido. Se lo dije mientras con ella bailaba. Y descubrí, de niño, que la idea de amor es algo más que uno mismo. Cuando llegó el NO aprendí como pude a no desencantarme de la respuesta. Con los años, al final, de algún modo agradezco a ese NO que me dio. Me ayudó a escribir esto.