"Reyes magos" -Cuento corto-

“Para mi, no existen. ¿Tres guiados por una estrella?. Es un cuento muy bien contado que todos creen porque lo siguen diciendo”. Me fui y lo dejé a Rubén creyendo lo que creía. Ya conocía su discurso y se venía el 6 de enero. Los tres hijos de Rubén sabían que el padre nada haría por un regalo y eso quitaba magia. En este caso era al revés que en otros casos. El más chico lo supo desde los cuatro años, y ahora con seis decidió hacer igual todo el rito. Juntó pasto, puso algo de comida y  en el patio un balde con agua para los camellos. Llegó Rubén y sólo lo miró, mezcla de enojo y cansancio. Se fueron a dormir. A las tres de la mañana del domingo 6 de enero el hijo menor fue hasta el pie del árbol de navidad donde todo había dejado y había varias cosas envueltas para regalo. El ruido a papel despertó a Rubén y a la familia. Todos lo miraron a él, que sorprendido dijo que no había sido. Nadie fue. Ni la esposa, ni los otros dos hijos. Se acercó Rubén a la ventana y miró hacia afuera, luego al cielo. Noche estrellada y la luna bien menguante, Las Tres Marías brillantes. Se rascó la cabeza y creyó que lo engañaban. La familia pensó que era él. Los reyes, escondidos tras dos árboles, se fueron de ahí con la misión cumplida. Les había creído y de grande, por primera vez, papá Rubén.